Alfa de Sombras

Raíces del Oscuro Pasado

La luna llena bañaba la guarida con una luz plateada, intensificando la sensación de peligro que se cernía sobre ellos. Sky y Kael se encontraban en la sala de mapas, un lugar donde las paredes estaban cubiertas de antiguos pergaminos y diagramas celestiales. La atmósfera era densa, cargada de historia y magia. Sobre una gran mesa de roble, extendían un mapa antiguo que hablaba de un templo lunar escondido en las montañas. Se decía que este lugar era un santuario para los antiguos brujos lunares, y que en su interior se encontraban secretos que podrían ayudar a Sky a controlar sus poderes y entender mejor la amenaza que Selena representaba.

Kael, con el ceño fruncido, rastreaba el mapa con su dedo mientras leía en voz alta los pasajes que describían el templo y sus peligros. Este podría ser nuestro punto de inflexión. Si podemos encontrar este templo, quizás encontremos respuestas sobre el pasado de Selena y cómo detenerla.

Sky asintió, sintiendo una oleada de esperanza que no experimentaba desde hacía tiempo. Sabía que el viaje no sería fácil, pero necesitaba saber más sobre sus orígenes, sobre la conexión que la unía a la luna y a Selena. No podía permitirse seguir en la oscuridad mientras el destino de su familia y de toda la manada pendía de un hilo.

Mientras Kael continuaba estudiando el mapa, Sky se perdió en sus pensamientos, sumergiéndose en recuerdos que la atormentaban. Cerró los ojos, dejando que las imágenes del pasado la arrastraran hacia un momento crucial, uno que marcó el inicio de su enredada relación con Selena.

Era una tarde soleada en Toronto. Sky, una joven y talentosa cantante, estaba actuando en un pequeño café, donde las paredes estaban cubiertas de obras de arte y el aroma del café recién hecho llenaba el aire. Había sido un día como cualquier otro, hasta que su vida cambió de rumbo de manera inesperada. Entre la pequeña multitud que la escuchaba, una mujer se destacó. Era Selena, una figura imponente, con una energía que inmediatamente atrajo a Sky.

Selena, en ese momento, había sido amable, entusiasta y llena de promesas. Se acercó a Sky después de la actuación, con una sonrisa que iluminaba su rostro, asegurándole que tenía un futuro brillante por delante. Habían forjado una amistad rápidamente, basada en la admiración mutua y en un sueño compartido: alcanzar la fama. Para Sky, Selena no era solo una manager; era una amiga, una confidente, casi una hermana mayor.

Sky sonrió al recordar las largas horas que habían pasado juntas, hablando de música, de sueños y de amor. Recuerdos de risas compartidas en noches largas, de sueños hablados en voz alta mientras planificaban cómo conquistar el mundo de la música. Selena había sido una guía, un faro en los días más oscuros, alguien en quien Sky sentía que podía confiar ciegamente.

Pero entonces, algo cambió. Con el tiempo, Selena se volvió más distante, más obsesionada con el éxito. Sky comenzó a notar que su amiga estaba actuando de manera extraña, como si estuviera ocultando algo. Las conversaciones se volvieron más tensas, más llenas de silencios incómodos. Sky, que siempre había sentido una conexión profunda con las emociones de los demás, comenzó a percibir una oscuridad en Selena que antes no estaba allí.

Con el corazón apesadumbrado, Sky abrió los ojos, regresando al presente con una sensación de pérdida.

Nunca debí haberme dejado engañar por ella, murmuró, sintiendo una punzada de traición.

Kael, que había estado observando a Sky con preocupación, se acercó a ella. Le puso una mano en el hombro, su toque firme y reconfortante. Sky, ¿estás bien?

Sky asintió, tratando de ocultar las emociones que la invadían. Se sentía vulnerable, expuesta, pero sabía que no podía permitirse caer en la desesperación. Sí, solo pensaba en Selena. En cómo era antes.

Las personas cambian, dijo Kael, su voz cargada de sabiduría y experiencia. A veces, para peor.

Sky suspiró profundamente, sabiendo que Kael tenía razón. Pero la tristeza y la decepción seguían presentes, agudas como una espina clavada en su corazón. Las preguntas sin respuesta sobre Selena y su propio destino la acechaban, aumentando su determinación de encontrar el templo lunar.

Al día siguiente, Sky y Kael emprendieron el viaje hacia el templo lunar. La travesía fue larga y peligrosa, llevándolos a través de densos bosques y escarpadas montañas. El clima parecía reflejar la incertidumbre de su misión, con cielos nublados y vientos fríos que cortaban la piel como cuchillas. Pero no se detuvieron. Cada paso los acercaba más a las respuestas que tanto anhelaban.

Finalmente, después de días de arduo viaje, llegaron a su destino. Ante ellos se alzaba una antigua estructura de piedra, oculta entre las montañas y envuelta en una niebla etérea que parecía surgir del mismo suelo. El templo lunar era imponente, con sus paredes cubiertas de musgo y sus puertas decoradas con runas antiguas. A pesar de los signos de deterioro, emanaba un poder palpable, como si las piedras mismas estuvieran cargadas de la energía de la luna.

Al entrar en el templo, una sensación de paz y poder los envolvió. El aire dentro era denso, impregnado de historia y magia antigua. Las paredes estaban cubiertas de símbolos lunares, y las estatuas de antiguos brujos los observaban desde sus pedestales, sus miradas fijas e inmutables. Cada paso resonaba en el silencio, creando un eco que parecía viajar a través del tiempo.

En el centro de la sala principal, había un altar de cristal, sobre el cual flotaba una esfera luminosa. Su luz era hipnotizante, irradiando un brillo suave pero constante que iluminaba la habitación con un resplandor plateado. Sky sintió una conexión inmediata con la esfera, una atracción que no podía explicar. Era como si algo dentro de ella respondiera al llamado de la luz.

Con cautela, Sky se acercó al altar, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Podía sentir la energía pulsando a su alrededor, vibrando en el aire como una melodía antigua. Extendió su mano, y en cuanto sus dedos rozaron la superficie de la esfera, una visión inundó su mente.

Imágenes caóticas la envolvieron: ella misma, Selena, y una fuerza oscura que amenazaba con devorar el mundo. Vio a Selena en su juventud, estudiando artes oscuras, guiada por una figura sombría que la arrastró hacia la oscuridad. Vio su propia conexión con la luna, una herencia que no había comprendido completamente hasta ahora. La visión era confusa, fragmentada, pero clara en su mensaje. Ella y Selena estaban conectadas por un destino común, uno que las había enfrentado desde el principio.

Las imágenes se desvanecieron tan repentinamente como habían llegado, dejando a Sky temblando, sus piernas casi cediendo bajo su peso. Kael, que había observado en silencio, la alcanzó justo a tiempo, sujetándola por los hombros.

Sky, ¿qué viste?

Sky respiró profundamente, intentando procesar lo que acababa de experimentar. Ahora lo entendía. Todo lo que había ocurrido, desde el momento en que conoció a Selena, hasta su transformación en una luna de luz, tenía un propósito.

Ella y Selena estaban destinadas a enfrentarse, dos caras opuestas de un mismo poder. Y ahora, era hora de aceptar su verdadero yo y prepararse para la batalla final.

Kael, tenemos que estar listos. Esto es solo el comienzo, y lo que viene… lo que viene será una prueba como ninguna otra.

Kael asintió, apretando su mano en señal de apoyo.

Juntos, superaremos lo que sea. No estás sola en esto, Sky. Nunca lo estarás.

Mientras las palabras de Kael resonaban en su corazón, Sky se preparó para el desafío que se avecinaba. Sabía que enfrentarse a Selena significaba enfrentarse a su propio destino, y estaba lista para hacerlo.