Capítulo 4

2658 Words
—¡Nena estas que Ardes! — dijo una Cristal chiflando mientras miraba mi vestido vinotinto ajustado de escote V profundo de espalda baja. Además de eso, me había puesto mis sandalias doradas altas y mi bolso de mano del mismo tono donde había guardado mi móvil, tarjetas, algo de efectivo, identificación y mi lápiz labial. El cabello me lo había recogido en un moño desordenado también, sólo llevaba un brazalete y un delicado collar Tiffany en forma de copo de nieve que era de mi madre y mi abuela me había dado cuando viví con ella —No seas boba—Sonreí. Estaba en la tienda y estaba lista para ir al casino de Enzo. La puerta se abrió y Conte se quedó de pie en la puerta observándome —¿Estas listas? —me pregunto. Pero no me pasó desapercibida la mirada que le estaba dando a Lissa. Está por su parte estaba roja y practícame hundió su rostro entre las perchas —Bien chicos. Recuerden cerrar. Hasta mañana—me despedí de todos. Seguí a Conte hasta la camioneta que esperaba y cuando él esperaba que me subiera deteniendo la puerta lo mire —No te acerque a Lissa—le advertí. Su postura se volvió rígida—Ella no es como las mujeres que acostumbras —No sé de qué hablas—dijo sin apartar su mirada de mi —Bien. Entonces no tendré que advertirte de nuevo—me subí al todoterreno y Conte cerro de un portazo El viaje hasta el casino fue en silencio y una vez llegamos Conte me abrió la puerta —Vamos—dijo caminando delante de mí para que lo siguiera. La entrada era imponente. Pisos de mármol, esculturas que te remontaban a la antigua Italia, además de eso, resaltaba en toda su gloria una réplica magnífica del nacimiento de venus hecha por Botticelli. Todo gritaba elegancia y sofisticación, nada comparado con lo que me imagine que seria, di gracias a Dios haberme puesto el vestido que llevaba y no el de poca tela que me habría puesto solo para rabiar a Enzo. Las personas andaban de un lado al otro vestidos de manera elegante y las mujeres vestían sus mejores galas. —Espérame por aquí—Conte me dijo en tono duro. Asentí y una vez sola me acerqué hasta una barra donde había varias personas tomando y divirtiéndose. Tome asiento y el bartender enseguida se acercó con una sonrisa —Bienvenida ¿Qué desea tomar? —pregunto —Un daiquiri de frutilla sin alcohol— dije acomodándome en la butaca —Trabajando en eso—se dispuso a buscar todo lo necesario mientras yo miraba alrededor. Se podían observar los diferentes juegos como la ruleta, black Jack, craps, el punto y banca, póquer y las máquinas tragamonedas. Además de otros que no conocí, bueno no es que sea una jugadora solo me informe un poco para saber que me esperaba en este sitio. Agradecí al chico por mi bebida y sorbí un poco ¿Dónde estaba Conte? O mejor ¿Dónde está Enzo? —Buenas noches—dijo una voz a mi lado. Deje mi bebida en la barra y mire a un hombre no mayor a los cuarenta años de ojos café claros, cabello n***o muy bien parecido, llevaba un elegante traje azul oscuro y en su mano sostenía su bebida —Disculpe mi atrevimiento. Pero la estoy observando desde que entro por la puerta —Y ¿su punto es? —dije sin saber que quería —Disculpe mis modales—se rio—Me llamo Gaetano Macerano—dijo tendiéndome la mano—me preguntaba porque alguien tan hermosa como usted está aquí solo—me guiño. Educadamente le tendí mi mano —Me llamo Thara Lombardi—dije estrechando su mano—Y... —Cariño. Estas aquí—dijo una voz engañosamente tranquila, mi piel entro en erupción cuando la mano de Enzo se posó en mi espalda desnuda y me acerco a su cuerpo. Se inclinó e inesperadamente me beso. Me tuve que agarrar de la chaqueta de su traje porque mis piernas no me sostenían. Sus labios ahora con más experiencia sabían lo que hacía. Cuando quiso profundizar el beso no lo deje, pero el muy cabrón bajo su mano hasta tocar mi trasero lo que hizo que saliera una protesta de mis labios y el aprovechó para profundizar su beso. Alguien carraspeo y me dio la fuerza para apartarme. Nuestras miradas se encontraron y vi deseo en sus ojos. Estoy segura que el vio lo mismo en los míos ¡mierda! —Lo siento—dijo mirando a Gaetano dándole una sonrisa falsa—Es que no puedo resistirme cuando la tengo cerca —Gaetano le dio una sonrisa similar —No sabía que estuvieras en una relación—dijo mientras me escaneaba sin culpa —¿hace cuánto salen? digo. Si no es mucha indiscreción —Tres meses —Ocho meses—dijimos al mismo tiempo. Él nos dio una mirada de confusión —Vamos cariño. Di la verdad—me pellizco la parte baja y tuve que apretar mis dientes para no soltar una palabrota —Es que para mí no cuentan los cinco meses que rogaste para que accediera a formalizar lo nuestro cielo —Vaya ¿enserio Enzo? —dijo con tono de burla Gaetano —A todas estas—Enzo hablo— ¿Qué te trae por aquí? —Que más amigo. La diversión —Bien. Entonces ve a divertirte, mi novia y yo tenemos cosas que hacer —Hasta luego señorita—se despidió con una inclinación de cabeza dejándonos solos. Alargue mi mano, tome el daiquiri y le di un sorbo —¿Tres meses? —pregunto soltándome y dejando una extraña sensación en mi cuerpo de abandono—Debes dejar que sea yo el que hable—deje la bebida en la barra y me di media vuelta para enfrentarlo y vi lo sexi que se veía en su esmoquin y con pajarilla. Estamos mal Thara me dije, también me di cuenta que Conte no estaba a nuestro alrededor —No hablo, no pienso, caminaré cuando chasquees los dedos—dije enojada— ¡Serás gilipollas! —sisee—No seré una mujer trofeo ante los demás, tengo voz y la voy a utilizar. Créeme, si no te parece —Te quedas sin tienda—me corto y estuve tentada a tirarle mi bebida. —¿Thara? —voltee para encontrarme con Bastían que llevaba una copa de champang en la mano y me sonreía —¡Bastían! —lo salude encantada—que sorpresa —Eso lo digo yo. Nunca te había visto por aquí—dijo mirando a Enzo y luego a mí. Me acerque hasta Enzo y me pegue a su cuerpo —Es que Enzo y yo estamos juntos. Siempre vengo a verle y hacer que no trabaje tanto—mentí—Es que Enzo es tan trabajador que me toca apoyarlo—dije sonriendo— ¿No es así cariño? —Así es linda—dijo Enzo pegándome más a el —¿Qué tal ha ido la cena con Ariadne? —pregunte —Muy bien querida—me guiño—Apoteósica. Gracias—nos reímos —Bueno. Si me disculpan—dijo de pronto Enzo—Tengo que ir a ver cómo marcha todo. Te dejó en buena compañía—una vez solos charle animadamente con Bastían —Y Ariadne ¿dónde está? —pregunte mientras me tomaba el tercer daiquiri de frutilla —Está en Génova. En casa de su hermana—dijo sonriendo al recordar a su esposa. Suspire de forma dramática —Génova—repetí—me han dicho que es tan hermosa—el asintió—es una lástima que nunca he podido conocerla —Eso es imposible—dijo sorprendido —Pero es cierto—suspire resignada—Siempre he soñado ver mi boutique expandida a Venecia, Génova y Londres. Pero es solo eso un sueño—dije sorbiendo mi bebida, él se quedó pensando un momento y temí que descubriera mi farsa —Pero algún día cumpliré mi sueño—le reste importancia—y dígame ¿Qué hace un griego en Génova? — el río un poco —De todo— dejo su copa ya vacía en la barra—pero me dedico más a los hoteles. Son una gran inversión en estas ciudades. Por cierto, me extraña que Enzo no te dijera que lleva un año queriendo comprar una de mis propiedades en Génova—me miro detenidamente —Enzo no habla conmigo de sus negocios, pero déjame decirte que si te ha hecho una oferta deberías pensarlo, porque de seguro ambos ganarían—dije y sentí mi lengua un poco dormida y me sentía torpe al hablar. ¿Qué sucede? no había tomado ni una gota de alcohol en toda la noche. Trate de sonreír, pero empezaba a ver borroso—Enzo tiene una visión de negocios que harían de Génova más rentable y por ende tendrías más turistas abarrotando tus hoteles, además... —No pude continuar no sentía mis extremidades — ¿Estas bien? ¿Thara? —me pregunto de pronto preocupado—¿Thara? —podía escucharlo a lo lejos —Enzo—logré decir—llama a Enzo—repetí desesperada y asustada — ¡Thara! —exclamo Bastían y fue lo último que escuche antes de que el mundo se volviera negro ★★★★★★★ ENZO — ¿Crees que logre algo esta noche? —dijo Conte detrás de mi mientras observábamos las cámaras de seguridad —Más le vale—respondí viendo como Thara Sonreía y hablaba con total naturalidad. Además, se veía hermosa en ese vestido. Aún podía sentir sus labios y los míos juntos. Apreté los puños en frustración, besarla no era el plan, pero ver a Gaetano hablar por Thara me saco de las casillas, por eso la bese y ahora todo se había ido a la mierda, porque aún la deseaba —Enzo. Mira—dijo la voz tensa de Conte detrás y salí de mi letargo para mirar la pantalla donde se veía a Thara un poco descoordinada y temblorosa— ¿Esta ebria? — pregunto Conte —Thara estaba tomando daiquiri sin alcohol. Eso fue lo que dijo Peter—dije refiriéndome al barman. En segundos vi a Thara desvanecerse y a Bastían cogerla en brazos. Conte y yo salimos rápidamente y bajamos hasta el salón. Me acerque hasta ellos viendo a Thara inerte como una muñeca — ¿¡Que sucedió!?— exigí a Bastían que estaba pálido — Estábamos hablando y de repente se desvaneció—contestó —Conte. Llama al doctor— dije mientras la tomaba en brazos y subía hasta mi piso privado. Una vez allí, entre rápidamente a la habitación y la recosté en la cama mientras seguía inconsciente. Se le veía pálida y sentía su pulso ir muy rápido — ¿Qué sucede con Rico? — pregunte refiriéndome al doctor — Ya viene en camino— respondió Conte a mi espalda caminando de un lado a otro— ¿Seguro que no es solo una borrachera? —parecían ansioso —No—dije seguro—Que nadie salga del casino—continúe si apartar la vista de Thara— Quiero que revisen las cámaras y agarrar al hijo de puta — Pero ¿de qué me hablas? —dijo Conte con un tono de alerta—no creerás que... — Si—lo corte—alguien drogó a Thara. Interroga a Peter, quiero respuestas Conte — Enseguida me pongo en eso—dijo saliendo dejándome solo con Thara se veía pálida y no despertaba — Vamos Thara—la levante y la lleve hasta el baño donde la obligue a vaciar su estómago. Luego de minutos que me parecieron eternos, termino de vaciar su estómago y su quejido era más como un maullido de un gatito. — ¿Enzo? — susurro aun con los ojos cerrados — Aquí estoy—dije mientras posaba un paño húmedo en su frente—Ya viene el doctor. Vamos a la cama—la deje de nuevo en la cama y me fije que su vestido estaba arruinado. Apestaba a vómito y estaba arrugado. Me fui hasta una cómoda que tenía con ropa y saqué una de mis camisetas de hacer ejercicio antes de quitarle el vestido — ¡Maldita sea Thara! —solo llevaba unas bragas del mismo color del vestido y no llevaba brasier, así que sus pechos firmes y cremosos quedaron al descubierto— Esto es muy jodido—dije tomando el control de mi cuerpo y cubriéndola con la camiseta. Saque el pasador de su cabello y este se extendió en la cama. Hermoso, brillante e imágenes poco decentes se cruzaron por mi mente—No es sano para mí—resople. Un toque en la puerta me distrajo y enseguida Rico, mi médico personal entro a la habitación. Él era un hombre de unos sesenta años y estaba a mis servicios desde hace cinco — ¿Qué sucedió? —pregunto acercándose a Thara con sus cosas, enseguida me levante de la cama y lo deje hacer su trabajo. Le relate lo sucedido y luego de reconocerla me entrego la receta —Efectivamente la drogaron—me confirmo —Hijos de puta— dije en voz alta enojado —Que se tome lo que le indico allí, mucho descanso y estará bien—paso por mi lado—es probable que duerma hasta mañana. Que tenga algo substancioso para desayunar, su cuerpo necesitara energías —Gracias. Mándame la cuenta—le dije mientras lo acompañaba al pequeño salón —Cuando no lo hago Enzo—ironizó—Además, me has sacado de la cama — Te pagare el doble y así podrás redimirte con Esther —dije refiriéndome a su esposa — Bien. Eso me parece fantástico—dijo sin más salió dejándome con Thara y una guerra interna entre vengarme y quererla de nuevo a mi lado — No te equivoques Enzo. Es solo lujuria—me repetí a mí mismo, aseguré la puerta de entrada y me fui hasta el casino a buscar respuestas. —¿Qué tenemos? —le pregunté a Conté. El casino estaba ahora con algunas personas y mi gente estaba por Todo el lugar. —Nadie vio nada—me informó—los únicos que salieron después de que Thara quedara inconsciente fueron El diputado Phill y Gaetano —Sabemos que el diputado no es de los que anda por allí drogando a las mujeres— dije. Me gustaba saber quién frecuentaba mis casinos y por eso trataba de investigar a todos—Gaetano por otra parte—dije pensando un momento en la posibilidad— ¿Peter? —Lo que sabíamos. Thara pidió sus bebidas sin alcohol. Dijo que no vio nada extraño a su alrededor ¿Y si fue un ataque al azar? Como podría saber que ella estaba contigo —Nose Conte—resople—Pero independientemente de si es mi culpa o no, esto no es conveniente para el negocio—el asintió de acuerdo—¿Bastián? —mire alrededor si verlo —Se fue hace un momento—Contesto— le dije que había sido un desvanecimiento sin importancia ¿Cómo esta? —pregunto refiriéndose a Thara —Dormida—dije mientras paseaba mi mirada por el lugar—Mañana estará mejor. Cerremos por hoy—le informe—Me voy arriba con ella—no dijo nada, pero su mirada me mostró lo que pensaba. Me fui sin decir más, porque si decía algo me delataría a mí mismo. Subí a mis dependencias privadas y entre a la habitación donde Thara dormía plácidamente. Me senté en el sofá y me quedé en silencio cuidando de su sueño.
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