Capítulo 25. Eres mejor de lo que imaginé. Salvatore miró las piezas de la nueva colección con admiración genuina. Aunque lo embargaba un sentimiento de orgullo, su rostro permanecía serio, con una leve y controlada sonrisa que apenas revelaba su entusiasmo. Sabía que debía elogiarla con sutileza, como a cualquier empleada con su calidad; pues nadie podía sospechar que la diseñadora de esta exclusiva colección era en realidad su propia esposa. -- Te has superado, Grazzia. Esta colección... es única. Cada pieza tiene un significado propio. Realmente te felicito – le dijo con una voz baja y profesional, manteniendo su distancia y mirando la colección como si fuera algo exquisito, de otro mundo. Grazzia, sorprendida y orgullosa, sintió un calor en el pecho al escuchar las palabras de su es

