Capítulo 32. Tu sinceridad es una de las razones por las que te amo. Grazzia le dirigió a Teodoro una sonrisa pensativa, sin mostrar ninguna emoción definitiva. La sala estaba expectante, cada rostro observándola, esperando su respuesta, mientras ella, deliberadamente, mantenía la calma, saboreando la expectativa y, quizás, la creciente desesperación en los ojos de cada uno de los presentes, incluso de la persona que estaba frente a ella, Salvatore. Finalmente, Grazzia inclinó la cabeza y respondió con un tono sincero y cálido, -- Teodoro, no hay palabras suficientes para expresar lo agradecida que estoy, no solo por haberme salvado hace un mes, sino por ser una presencia constante y fiel en cada momento importante que recuerdo de mi vida. Tu propuesta me honra profundamente, y tu gesto

