Capítulo 27. Las cámaras dejaron de funcionar por la lluvia. Del auto detenido cerca de Grazzia baja una Luciana asustada, ella no estaba segura si golpeó o no a su objetivo, pero al ver a la joven tendida entre la pista y la vereda completamente ensangrentada, retrocede dos pasos antes de sacar su teléfono para tomar una imagen con él, luego vuelve a subir en su auto y huye del lugar, sin importarle si la persona en el suelo se encuentra con vida, y sin importarle siquiera si puede salvarla llamando a una ambulancia para que acuda en su ayuda… Han pasado muchos minutos desde que Grazzia sufrió el accidente, la lluvia seguía cayendo con fuerza sobre su cuerpo inerte y sin movimiento, la sangre de su cabeza seguía saliendo, ahora en cantidades menores, su rostro estaba tan pálido, como si

