Observo fijamente la vista de la ciudad desde mi oficina, termino de tomar un sorbo de café y suspiro volviendo a mi escritorio. Las vacaciones ya pasaron y tengo un deber con mi trabajo en esta editorial y para mi pesar con la de Kevin. Este último no se nada de el y por lo que me dice mi secretaria ni siquiera se hs presentado por aquí o ha llamado. Unos toques en la puerta me sacan de mis pensamientos, la puerta se abre y entra Kevin con un aspecto un poco mal. —Hola —Musita suavemente —. ¿Podemos hablar? —¿Temas laborales o privados? —De nosotros Kass, y de todo lo que ha pasado. Suspiró, le señaló la silla frente a mi escritorio y toma asiento. —Kevin, creo que está de más repetir que ya no vale la pena que hablemos de ello. —Si lo vale Kass, porque quiero recuperar

