No había podido estar tranquila durante todo el camino. Los nervios y asiedad al saber que conocería a la madre de Kevin me estaban haciendo sentirme mal. Hace mucho tiempo no me sentía así, diría que ya no sabía cómo se sentian esos nervios. El auto llega a un resinto privado, nos estacionamos, me ayuda a bajar y Keyla se estaciona detrás nuestro con una sonrisa. Observo fijamente y hay varios carros estacionados. “Más personas” Kevin baja un bolso de regalo del auto, toma mi mano y entramos a la casa acompañados de Keyla. Caminamos al jardín donde veo una gran mesa, con varias personas en ellas que al notar nuestra presencia giran sin ningún disimulo asombrados. —Hijo. —Su madre se levanta y él se acerca a darle un beso —. Qué bueno que viniste. —Es tu cumpleaños mamá, no me lo p

