Todos tuvieron la paciencia de parar a tomar un helado de regreso al apartamento. Probablemente éramos el grupo menos vestido de la heladería, y para entonces, los pezones de Sarah casi le desgarraban la blusa que cubría su traje de baño. Para cualquiera que la viera, y había muchos, estaba excitada. Al volver al apartamento, fuimos todos al de Sarah. No hubo disimulos sobre lo que queríamos ni sobre lo que sucedería el resto de la noche. Tras cerrarse la puerta, Sarah estaba de rodillas sacando la polla de Greg del bañador y mostrándonos cómo debía empezar una buena mamada. De alguna manera, mientras eso sucedía, las dos se desnudaron. Mientras tanto, Rachel, Sandy y yo nos desnudamos y nos adueñamos del sofá. Todas nuestras manos estaban ocupadas con las partes íntimas de las demás. P

