Que nadie se entere

Capítulo 2 La noticia

Un momento tenso en la mesa, donde sus amigos no entienden que pasa, porque solo observan sin entender nada.

Vanesa, querida amiga, como ves aquí está mi esposo, justo donde debería estar, se atrasó porque no encontraba unas cosas por eso tardo un mundo y venir —contesta Sofia, frunciendo el ceño.

Siempre tengo cosas que hacer, por que tu no ordenas el automóvil, y es toda tu culpa —le dice Mateo a Sofia molesto.

Guarda silencio, estoy hablando con Vanesa mi amiga, no contigo Mateo —responde Sofia molesta.

Ok, tratare de evadir lo que acaba de pasar, cuéntame, amiga, ¿Cuándo tendrás hijos? —Pregunta Vanesa.

Eso deberías preguntarle a Mateo, que te diga el por qué no quiere hijos, quizá a ti si te lo diga, o será que quizá no pueda darme lo que le pido porque probablemente este con otra mujer en la cama, claro cómo trabaja mucho, lo siento, no quiero hablar de eso, podemos cambiar de tema por favor te lo pido —contesta Sofia un poco triste.

No entiendo bien que pasa entre ustedes, amiga es mejor que cambies esa cara, tranquila es que nuestras demás amigas nos ven raro, y eso que estamos bajando la voz, y bueno hablamos después, por que en este hotel va a ver baile de parejas, tú y yo hablaremos después, se que algo te pasa —le dice Vanesa curiosamente.

—Aquí no pasa nada, todo está al 100 por ciento bien, enserio no quiero hablar de esto, no me estreses amiga, que te hace pensar que yo y Mateo estamos mal, si todo está bien. —responde Sofia con sarcasmo.

—A mí no me engañas a mi se me hace que a ti te pasa algo, y espero que no sea lo que estoy pensando, porque me sentiré frustrada—le dice Vanesa.

—Según tú que pasa, porque siento que te estas guardando algo, bueno, ustedes mis amigas, no tienen que mentirme, díganme si hay algo mal, y por cierto ¿Por qué te quedas viendo a Mateo de esa forma? —Pregunta Sofia.

—Tenemos que hablar muchas cosas serias, y no quiero lastimarte, se que Mateo se ira temprano después del almuerzo, allí tendré la oportunidad de decir cosas y también nuestras amigas saben algo que podría destruirte, y no queremos eso, pero también sabemos que debes saber, aunque duela —responde Vanesa.

—¿Cómo sabes eso? —Pregunta Sofia intrigada.

—Solo lo sé, sé que ese patán bueno para nada lo hará —dice Vanesa en voz suave.

Sofia se sentía un poco incomoda, porque nadie sabe lo que está pasando, ni como se sentía, aunque se quería mantener fuerte, todas las amigas ya estaban casadas, unas ya tenían hasta hijos, menos Sofia y Vanesa, pero eso se rompería cuando Vanesa confesaría la gran noticia de la celebración.

Una mano toca el hombro de Sofia, ella voltea a ver.

—Aquí esta su botella de vino, y su baso, que lo disfrute, pronto llegara el almuerzo, ¿Algo más que necesite? —Pregunta el mesero guapo.

—Gracias solamente eso necesito por el momento, no se mis amigas si pedirán algo —dice Sofia.

—No se preocupe a ellas ya las atendí, la única que faltaba en esta mesa era usted —contesta el mesero, mientras la ve fijamente.

—Que bueno, era la única faltaba, entiendo, no pasa nada —dice Sofía.

Vanesa interrumpe.

—Mesero, me puede regalar más agua por favor, y para mi esposo una champaña —dice Vanesa.

—En seguida señorita —responde el mesero.

El mesero se retira.

Tomaras agua, enserio, eso no es diversión, tú eres buena para vinos, y champaña, que extraño que no quieras tomar eso, si será una tarde inolvidable, no sé muy bien el motivo de este almuerzo ¿Por qué no quieres vino? —Pregunta Sofia.

Amiga, estoy embarazada, y tengo un mes, y estoy feliz, no puedo tomar vino, eso le haría daño al bebito, no sé si es niño o niña, pero estoy feliz, ser madre, es lo mejor, mis sueños, lo que siempre quise, y reservamos para cenar también, abra baile y todo, la fiesta terminara a las 8:30 pm —responde Vanesa.

Sofia traga saliva, con unas ganas de llorar, intentando controlar, la noticia y el golpe que sentía, en el alma, sus demás amigas se dan cuentan, de que algo anda mal con Sofia y empiezan hacer preguntas, de las que Sofia no es capaz de responder.

—Amiga, ¿Té pasa algo?, ¿Qué tienes? —Pregunta Verónica.

—Amiga ¿Por qué tan callada? —Pregunta Yuli.

—¿Te sientes mal amiga? —Pregunta Carolina.

Puedes confiar en nosotras la noticia te a impactado, por que tienes una cara, ¿Todo en orden contigo? —Pregunta Milena.

Te comieron la lengua los ratones, que no contestas ninguna de las preguntas que te están haciendo tus amigas, no hagas drama —dice Mateo.

Cuando Sofia pudo calmar el nudo en su garganta, y sus ganas inconsolables de llorar, agarra la mano de su amiga Vanesa.

—Felicidades, amiga, ahora serás madre, te quiero mucho, me disculpas, necesito ir al baño, y no me sigas por favor —le dice Sofia con tristeza.

—Amiga espera —le dice Vanesa.

Sofia se para de su silla, Mateo le agarra el brazo, ella se lo retira y el dice —déjame en paz, y no me sigas—.

—Como quieras —dice Mateo.

Sofia sale caminando, dirigiéndose al baño, en eso el mesero aparece con el vaso de agua, se le queda viendo, sus miradas se cruzan y una lagrima roda en las mejillas de Sofia. El mesero ojos azules se queda sorprendido, y le entra un poco de aflicción e intriga, quiere descubrir que pasa.

El mesero, le deja el vaso de agua a Vanesa y disimuladamente, se retira preocupado y se le ocurre buscar a Sofia, para preguntar qué le pasa.

Sofia se mete al baño de mujeres, tiene suerte que este solo, y derrama sus lágrimas, siento dese destrozada por dentro, esos 6 meses han sido de lo peor, sin amor, sin sentirse atractiva, completamente sola por las noches, su cama vacía, culpándose y preguntándose ¿Por qué me case con él?.

Llorando desconsoladamente, escucha una voz suave, que casi al instante, puede calmar ese dolor que siente el alma de Sofia.

—¿Todo está bien señorita?, ¿Se siente bien?, ¿Necesita ayuda?, ¿Puede abrir la puerta por favor? —Pregunta el mesero —tocando la puerta del baño—.

Sofia abre la puerta, ambos se quedan mirando fijamente, y el mesero saca un pañuelo y seca las lágrimas que rodean por las mejillas de Sofia.