No sé si era una buena idea el que Hanna y Verónica me hubieran obligado a mirar vestidos para la graduación en cada tienda del centro comercial. Sin mentirles, creo que era la quinta parada que hacíamos y la más exasperante para mí, porque llevaban media hora en una tienda eligiendo y probándose todo lo que había ahí, que de hecho eran unos vestidos muy bonitos, mientras que yo solo observaba y le daba buenas aprobaciones para que se decidieran ya de una vez por todas, no obstante, terminaban rechazándolo porque según ellas se veían como unas patatas envueltas y muchas cosas más que ignoré. Sólo quería irme y dormir aunque sea un ratito en mí camita. —Uhg, ¿éste cómo me queda? —Hanna llamó mi atención y suspire cansada, porque aunque le dijera que le quedaba excelente lo descartaba y bus