Eran de esos momentos en donde te sentías nerviosa, ansiosa y emocionada como si fuera tu primera cita. Así me sentía y más cuando me miré al espejo de cuerpo completo admirando el hermoso vestido que traía puesto y que me quedaba a la perfección, y Fabián tuvo razón al decir que con verlo me imaginaba en él, porque es que parecía estar hecho para mí. Caía en mi cuerpo de una manera suave y delicada, quedando ajustado en algunas partes y se sujetaba en mí con dos finas tiras que dejaban mi espalda descubierta y no permitiendo que llevara brasier. También estaba emocionada por el limpio trabajo que había hecho mi amiga con respecto a mi maquillaje que era delicado pero sencillo a la vez, con un labial rojo pasión que me daba el toque. Mientras que mi cabello estaba tejido en una trenza muy