El tiempo se pasa volando para Camilo en medio de las reuniones hasta llegar a la habitación del hotel en donde su mujer le está esperando, ella le recibe encantada y deciden ir a dar una vuelta para aprovechar sus últimas horas en la ciudad antes de volver de nuevo a su pueblo. A Emily todo le parece simplemente encantador, aunque no puede evitar sentir a su esposo un poco distraído, es como sí algo le preocupara y a ella ese comportamiento la deja intranquila hasta el punto de tener ciertas sospechas injustificadas con respecto a sus reuniones y lo que hace cuando la deja sola. Unas cuantas horas después la pareja ha vuelto de su breve paseo sintiendo que aunque han mejorado su relación todavía hay un abismo que los separa, no son capaces de admitirlo abiertamente por lo que esquivan te

