La casa es muy sencilla pero a ella le gusta y la recorre, camina en busca de su esposo y cuando le escucha hablar muy amenamente con Rosa, frunce el ceño no le gusta para nada que esa mujer tenga tantas confianzas con su marido, con quien debería hablar de esa manera y a quien debería de complacer en todo es a ella. -Camilo - entra al despacho y él la mira sorprendido, no les ve en una situación comprometedora y eso la relaja - vine para - mira a Rosa - retírate, y no nos molestes - se sienta cruzando las piernas movimiento que no pasa desapercibido para él y enseguida acomoda su pantalón - me encontré con mi madre, nos invitó a comer o almorzar en el rancho - él asiente mirando sus bonitas piernas - me gustaría que fuéramos al manantial - suspira nerviosa pues allí se veía a menudo con

