Dimple

2363 Words

Siempre se ha dicho que después de la tormenta viene la calma, las nubes negras se disipan y los rayos del sol empiezan a aparecer lentamente, el cielo azul se divisa y llega esa sensación de paz. Algo así sentía Mónica pero sin la sensación de paz, pues una sensación de hormigueo embargaba su cuerpo, un temor y nerviosismo, pero por algo bueno o así lo percibía. La mujer la miraba esperanzada y la niña con ilusión.  —Entonces, ¿es posible, señorita?—cuestionó la mujer mientras Mónica apretó los labios y se apoyó en la puerta calle de su casa, hace solo cinco minutos que abrió la puerta y cuando la mujer de mediana edad preguntó por Mónica Méndez, no pensó que sería para pedirle algo así. Aquella bonita mujer le había pedido si podía confeccionar un vestido para el cumpleaños de su hija

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