Advertencias Silenciosas El despacho de Evan en la Comisión era funcional, con paredes blancas, pantallas translúcidas y una única ventana que daba al perfil gris de Manhattan. Estaba revisando documentación sobre protocolos de fertilización alternativa cuando escuchó dos toques secos en la puerta. - Adelante - dijo, sin apartar la vista del monitor. La puerta se abrió y la presencia que entró fue suficiente para congelar el aire. Dr. Malcolm Virell, director general del Departamento de Ética Reproductiva. Alto, delgado, con un cabello gris inmaculado y una elegancia sin adornos. Vestía como un ministro y hablaba como un juez y cada vez que aparecía en persona, era porque algo grave se avecinaba. Evan se levantó de inmediato. - Dr. Virell. No esperaba verlo hoy. - Lo sé. - respondió

