Capítulo 1 Lluvia Mágica

2267 Words
HOLA DE NUEVO AQUÍ LES TRAIGO A LAS QUE NO ESTÁN INTERESADAS EN ESOS MILLONARIOS, EMPRESARIOS RICOS Y MAGNATES, PARA LAS QUE LE GUSTA LO DIFERENTE LES TENGO ESTA HISTORIA NO ES ACTA PARA SENSIBLES SE LOS ADVIERTO NO HAY UN FINAL FELIZ NI UN AMOR PARA SIEMPRE. ESTÁ LLENA DE VIOLENCIA, LENGUAJE INAPROPIADO Y MUCHA SANGRE. ESTA HISTORIA TE LLEVARA A LO MÁS PROFUNDO Y OSCURO DE MI CABEZA. CON ESTA ADVERTENCIA ⚠️ LO DEJO ESTÁ EN TU DECISIÓN SI LA QUIERES LEER. “Un diario sobre él, sobre lo que hace y lo que hizo, ahí estaba el primer párrafo” Mi nombre es Marcelo Williams, tengo 16 años y me he convertido en un v******r y un asesino, gracias a mis demonios. Esos que escucho por las noches y me susurran al oído las cosas más viles que un humano puede hacer a otro. La vi ahí en una banca esperando a su mejor amiga y quede flechazo por esos ojos verdes, su cabello caía asta sus hombros, “así como nos gustan”, dijo esa voz en mi cabeza, me sonrió sin imaginar que firmaba su sentencia de muerte. Mi primera víctima Solicitó de 12 años, su piel era un manjar, su virginidad era nuestra y siempre lo sería. La seguía a todos lados, conocía sus lugares favoritos, su comida favorita hasta conocía la hora en que iba a dormir, me volví su sombra. Yo no quería, pero ellos me obligaban, esa noche ella salió de casa, la vi a través de mi ventana, era una dicha ser su vecino de enfrente, aunque suene un poco enfermo, pero me encantaba espiarla. Su cuerpo está en desarrollo y eso les excitaba a mis demonios. Su ventana quedada enfrenté de la mía, así que vi cuando salió de ella, por desgracia no sabía para dónde iba, pero de inmediato la seguí, me moleste cuando vi que en el parque donde me había sonreído la esperaba un chico de su misma edad. Mis demonios me gritaban que lo atacara, pero espere pacientemente, me quede escondido donde no fuera visto por nadie, en cambio, ellos si fueron vistos por un vagabundo que los regaño por andar afuera en media noche. Unos minutos después regreso a su casa y fue ahí donde la tomé, le tape la boca para que no gritara, después de estrangularla con mis propias manos, la desnude, sus pechos aún no crecían, pero a mis demonios eso no le importaba coloque un c****n para poder entrar en su v****a y la penetre rompiendo su himen. Ella no podía defenderse, no podía gritar, ni patalear. Solo miraba a la nada con sus ojos llenos de miedo y la razón de eso era que ella en ese momento ya era un cuerpo sin vida. La había llevado para mi patrio t*****o, hice con ella todo lo que ellos me pidieron, la sensación en mi cuerpo era mágica, si es la palabra en la que pensé en ese momento. Me sentí renacido, algo en mi interior crecía y era un placer inexplicable. Unos días después, a media noche, cuando sus padres no estaban, me escabullí por su patio para entrar al sótano donde la enterré. Su búsqueda había alertado a todo los vecinos, pero mis demonios iban un paso delante de todos. Mis padres decidieron que nos mudaríamos, ya que ese vecindario se había vuelto caótico y peligroso, no sabían que el peligro estaba junto a ellos. El primer sospechoso fue el chico y segundo el vagabundo, quien podría sospechar del vecino de en frente con sus lentes y frenos parecía un chico torpe que no mataría ni una sola mosca, las personas me ignoraban y eso era una ventaja que la aprovechaba bien. Solicitó disfrute de tu cuerpo, aunque no fue mi intención, apuñalarte tantas veces, pero me enoje mucho cuando no me respondiste mi pregunta. ¿Me amas? ATT El demonio de media Noche Historia por Ágata En esta historia Ágata te contará como fue su infierno, como fue que el demonio de media noche llegó a la vida de ella. Cierra bien esas puertas y ventanas, si escuchas un ruido a media noche no salgas podría ser él. Ágata te estará leyendo el diario de Marcelo Williams, en cada página él relata a cada una de sus víctimas, no solamente será la vida de ella la que estará narrando. “Me perdí en esos ojos verdes sin brillo y me vi reflejado en ellos, ahora ella era como yo” —¿Quién es Marcelo Williams? No es el hombre bueno, amable y educado que aparenta ser. Debajo de toda esa fachada hay un demonio que te hará vivir un infierno. —¿Quién es Ágata? Ella solo fue una más en la lista de aquel demonio, él la llamaba su ángel del infierno. —¿Por qué le llamaba Demonio de media noche? Es donde su verdadera forma se hacía notar. —Ágata deja de jugar — mi padre estaba molesto, era la cuarta vez que me llamaba la atención, nos encontrábamos en el bosque, mi padre me traía aquí para recoger leña, ya que en nuestra humilde casa no contábamos con cocinas modernas, nuestra cocina era de barro y utilizamos la leña para encender fuego. Una tormenta se avecinaba y yo no me apuraba, mi padre había hecho varios viajes y yo apenas estaba pateando la leña, para era fácil que yo se las amontonara en un solo lugar y él solo venía a cargar y las llevaba al camión. —no estoy jugando — me queje, cerré mis ojos y disfrute de la brisa que se sentía húmeda anunciando que caería agua, no solo las nubes estaban oscuras, los pajaritos buscaron un refugio. —a no mocosa, ¿y qué mierdas haces? —me tiro una rama que logré esquivarla —solo disfruto de los besos que me da la madre naturaleza — comencé a bailar siguiendo las ramas de los árboles, mi cuerpo se movía igual que ellas, mis manos eran las hojas de los árboles y mi cuerpo su tronco. —Estás igual de loca que tu madre — mi padre tomo el último puño de leña y camino a la salida. Camine detrás de él llevando las demás cosas, la lluvia no tardaría en caer, así que no podíamos seguir con nuestro deber. Mi padre colocó una carpeta sobre la leña para que esta no se mojara y subió al carro. Cuando estaba por subirme sentí como pequeñas gotas caían sobre mí. Cerré mis ojos, extendí mis brazos y dejé que estas invadieron mi cuerpo. —no te llevaré aquí en la cabina si te mojas, hija de la chingada. Ignore su insulto y me senté en la parte de atrás en un pequeño espacio de arriba de la carpeta que cubría la leña. No me interesaba mojarme, ya que amaba esas caricias. Llámenme loca, pero sentir la lluvia era mágico, eso me recordaba que estaba viva. Llegamos a nuestro pueblo El Paso Hondo, llamado así porque sus casas estaban construidas en lo que podía ser una especie de hoyo Desde el cielo se puede ver que el pueblo está en un hoyo grande, que la única explicación que conocemos es que cayó un meteorito y quedó solo el cráter. Pero esa historia no es lo principal aquí, sino él… y ¿Quién es él? Las lluvias siempre te traen algo, desde enfermedades asta problemas, y este caso enfermarme no era un problema, amaba enfermarme, ya que así mi madre me consentía y mi padre dejaba de insultarme y de usar me como su esclava. Lo que trajo la lluvia sería mi muerte, pero en ese momento sus ojos me cautivaron haciéndome sentir más viva que nunca. ¿Conoces el dicho? Ese que tanto mencionan “pueblo pequeño, infierno grande” Así era este pueblo, en ese tiempo sus personas eran envidiosas y venenosas. Así que siempre me mantuve apartada de ellas para evitar que me salpicara de sus salivas que eran tan ponzoñosas. Me bajé del camión viendo esos ojos oscuros que no dejaban de verme, le sonreía por cortesía, pero él mantuvo su semblante cerio. Mi padre tomó de mi camisa mojada y me aventó al suelo, no era de sorprenderse que él me tratara así, me levante como pude y vi que todos me miraban sin mostrar lástima, al contrario, en sus labios una risa se formaba. —entra a la casa Me ordeno alzando la vos, reí en mis adentros él actuaba como un verdadero idiota. —como órdenes padre — saque mi dedo corazón a los espectadores y le guiñe al hombre desconocido. —Solo estoy de paso, no me gusta estar mucho tiempo en un lugar. Me había dado una ducha para sacar el ácido del agua de lluvia, cuando entré a la sala ahí está ese hombre platicando con mi padre. Lo vi y sonreí, mordí mis labios pensando en que si mi padre lo contrataba lo vería seguido. Esa fue la peor decisión que mi padre tomó y eso que mi padre tomaba las peores decisiones. Me senté frente a mi padre para escuchar su conversación, mi padre trabajaba en el campo cultivando tomates, chiles y maíz. Los jóvenes de ese tiempo no querían trabajar bajo el sol, así que era difícil encontrar una persona que trabajará hombro a hombro con mi padre. El joven del que a un no sabía su nombre buscaba trabajo mientras estuviera en el pueblo, las personas con las que se topó lo mandaron con mi padre. —¿Tu nombre?. Pregunto mi padre y yo abrí más mis oídos para escuchar. —Ernesto— contesto él y su nombre se me hizo el más hermoso. Esa noche Ernesto se quedó en casa, me miraba debes en cuando, pero no dirigió ni una sola palabra ni conmigo ni con mi madre. Se dedicó a platicar con mi padre, hablar sobre cosas de hombres, de trabajos y del poco cerebro que tenía mi padre, óseo sus malas decisiones. Ernesto se quedó en la sala, mi padre me dio una amenaza antes de ir a dormir. — cierra esa puerta con llave, no se te ocurra salir ni al baño. Él pensaba que lo iba a obedecer. —como usted ordene señor Entre a mi cuerpo y le puse el seguro, mis padres tenían un sueño profundo, así que no se despertaría en toda la noche, además que mi padre roncaba muy fuerte. Salí de mi habitación y camine asta la sala donde estaba el joven me senté en el suelo frente al sillón donde se encontraba acostado. —¿De dónde eres? — Le pregunté, él abrió los ojos y giro su cabeza para mirarme —¿Cómo te llamas? — me respondió con otra pregunta ¿Cuántos años tienes? Ignore su pregunta y le hice otra, pero él sonrió y se acercó a mí. —¿tienes novio?. Mordí mi labio mientras sonreía. —¿te quedarás mucho tiempo?. El cerro, los ojos y respiro profundamente sin contestar nada. Me levanté y me acosté junto a él, mi padre se despierta a las siete, él se dio la vuelta quedando frente a mí, estábamos cara a cara. —¿quieres tener sexo? — fue directo, sin ningún rodeo, no te conozco a demás, soy virgen, le dije mirando directamente a sus ojos, su mano comenzó a explorar mi cuerpo y sus ojos miraban mis labios. —¿virgen? — sus ojos se oscurecieron y yo solo asentí con la cabeza, solo quiero dormir abrazada, le dije acomodándome en su pecho. —¿haces eso con todos los hombres que trae tu padre? Me levanté apoyando el peso de mi cuerpo sobre mi brazo, eres el primero con quien lo hago, pues me has gustado y te voy a enamorar para que no te vayas. —¿crees que me enamoraras solo con dormir abrazados? — me volví acomodar en sus brazos y le respondí que se acostumbraría a mí, que cuando se fuera me extrañaría y regresaría por mí. No dijo nada y me abrazo, nos quedamos dormidos o al menos yo sí. Cuando era media noche me desperté porque no lo sentía, lo busque en el baño en la cocina y no estaba, me fui para mi cuarto y pensé que tal vez sintió miedo que mi padre nos encontrara o miedo a que yo lo enamorara y por eso había huido. Sentí una mano acariciarme y abrí los ojos con mi corazón latiendo —¿tienes miedo de tu padre? —Me susurro al oído mientras su mano recorría mis piernas ¿Dónde estabas? Pregunte quitando sus manos —salí a fumar, cuando entré ya no estabas — vi la hora y eran las seis con cincuenta y siete minutos, mi padre está por levantarse, creo que bebes regresar a la sala. Él salió del cuarto y yo coloqué el seguro en mi puerta, reí en mis adentros, ahora él pensaría en mí y yo pensaría en él. ¿Por qué hice tal cosa? Porque estaba cansada de los insultos de mi padre y quería salir de ese lugar y que mejor que una persona que estaba acostumbrado a viajar. Si él se enamoraba de mí me pediría que me fuera con él, al menos eso era lo que mi mente suponía. Nunca le hice caso a los jóvenes del pueblo, ya que mi pensamiento era salir de ahí y huir del m******o de mi padre. O al menos de sus reglas.
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