"¡Hailey!" le grité mientras ella seguía trapeando, balanceando sus caderas de un lado a otro al ritmo estridente de la salsa. "¡Hailey!" volví a gritar cuando no me escuchó.
Ella tarareaba mientras me ayudaba a limpiar el desván de mamá al día siguiente. Finalmente, renuncié a gritar y en su lugar le di unos toques en el hombro. Ella se giró con una sonrisa, agarrando mis manos e intentando hacerme bailar con ella. Aunque yo no estaba de humor. Había mucho que hacer antes del servicio hoy. Negué con la cabeza, haciendo que frunciera el ceño por un momento antes de coger el mando a distancia del equipo de sonido y apagarlo.
"¿Qué tal?" Ella inclinó la cabeza hacia un lado.
"Necesito ir a buscar las flores para hoy y llevarlas a la funeraria, así como firmar los papeles de libera
