-¿Nunca leíste 'Cincuenta sombras de Grey' ni viste la película?- preguntó Sydney.
-He oído hablar de ello, claro, pero no, nunca lo he leído ni visto. ¿Tiene algo que ver con eso?-
-Más o menos.- dijo Suki. -Es para que te aten y tu pareja pueda hacer lo que quiera contigo.-
Le pregunté a Suki.-¿Te gusta que te aten?-
-Hay algo muy emocionante en estar totalmente bajo el control de otra persona.- dijo Suki. -Confinada, sin poder ver, sin saber qué pasará después. Mis orgasmos son muy intensos cuando Erin hace esto conmigo.- Se giró hacia Erin y la besó profundamente.
Levanté el látigo. -¿Y dejaste que Erin te golpeara con esto? ¿No es abuso físico?-
Supongo que podría hacerlo, si intentara hacerme daño. Si no llegara al clímax tan fuerte. Erin es muy hábil. Hay algo de dolor, sí, pero para mí es mucho más placentero.
-¿Para qué sirve esto?- pregunté, levantando la cadena.
-Pinzas para pezones.-dijo Taylor. -Qué bonitas también. Parecen ajustables.-
-Tengo que preguntar. ¿Cuántas de vosotras habéis probado este tipo de bondage?-
Tiffany, Taylor, Yvonne, Sydney y Cheyenne levantaron la mano, además de Suki y Erin. Maria y Donna no lo hicieron.
María dijo: «No me opongo, por razones filosóficas. Requiere mucha confianza en tu pareja. Como no suelo estar mucho tiempo con nadie, es difícil desarrollar esa confianza».
-No voy a dejar que nadie me ate.-dijo Donna.-aunque no me importaría ir en sentido contrario.-
Yvonne agregó.-Todavía no he dejado que nadie me azote ni me palmee, pero me gusta estar atada e indefensa.-
-Una vez que estás indefenso, pueden hacerte lo que quieran.- dije. -¿Qué impide que alguien te haga daño de verdad?-
-Aquí es donde entra la confianza.-dijo Suki. -Tienes que confiar de verdad en alguien para entablar este tipo de relación. Debes saber que se preocupa por tus intereses y que jamás haría nada que te haga daño. También tienes una palabra de seguridad que, si la usas, hará que la otra persona deje de hacer lo que esté haciendo.-
-¿Y me diste esto para que Tanner lo usara conmigo?- pregunté.
-O quizás para que lo uses con él.- respondió Suki. -Podría ser cualquier cosa.-
-De acuerdo.- dije. -No estoy seguro, pero gracias.-
Yvonne me entregó su regalo. Lo abrí y saqué una prenda de vestir. Era blanca con cintas lilas y encaje en algunos lugares. De nuevo, mi confusión debió de reflejarse en mi rostro.
-Es un corsé.-dijo Yvonne. -Te realza aún más los atributos. Ya lo verás cuando te lo pruebes".
-Gracias, Yvonne.-
María me entregó su regalo. Al abrirlo, encontré varias medias preciosas y un liguero. Algunas eran color piel, otras de colores, otras con pequeños estampados. Eran preciosas y muy diferentes a las medias que solía usar para salir.
Son preciosos, María. Me los imagino usándolos en citas con Tanner. Seguro que le encantarán.
-De nada.-
Acepté el regalo de Donna. Dentro había varias bragas.
-Esos bebés no tienen entrepierna.- dijo Donna. -Ni siquiera tienes que quitártelos para que Tanner te meta su polla.-
Me reí. -Seguro que le resultará muy conveniente.-
El regalo de Taylor fueron dos de los trajes de baño más escandalosamente cortos que he visto en mi vida. Los levanté para mostrárselos a todos.
—Vas a ir de luna de miel al Sandals Resort en Santa Lucía, ¿verdad? —preguntó Taylor.
-Sí, lo somos.- respondí.
Estos trajes serán perfectos. Es un resort solo para adultos y muchas mujeres hacen topless, pero si quieres cubrirte un poco, estos te servirán.
Señalé los minúsculos triángulos de tela turquesa para mis pechos. -No estoy segura de que sean lo suficientemente grandes como para cubrir mis areolas.- dije.
-Aunque te cubrirán los pezones.-se rió Taylor.
-Y mira esta parte de abajo.- dije. -No estoy segura de que sea lo suficientemente grande como para cubrir mi v****a. Este otro traje es fino y blanco, se hunde por delante, pasando el ombligo, y tiene hilo dental en la espalda. Si se moja, seguro que se limpiará. Es como si estuviera desnuda.-
-Para ser sincera, se los compré más a Tanner que a ti. Seguro que le encantarán.- dijo Taylor sonriendo. Todos los demás se echaron a reír.
Cheyenne me consiguió dos trajes de malla fina, uno rojo y otro n***o. -Algo más para que Tanner disfrute.- dije, levantándolos.
-Cariño, si esas cosas le dan una erección a Tanner.-dijo Donna.-tú también lo disfrutarás.-
Todos rieron de nuevo.
-Antes de darte mi regalo.- dijo Taylor, -¿todos necesitan una recarga?-
Todos levantaron sus copas. -Son cuatro martinis, un tinto, dos blancos, dos Black Jack con hielo y un ron con Coca-Cola.- Tiffany trajo las bebidas, añadiendo hielo de una cubitera a los tres combinados y sirviendo los vinos y martinis en las copas vacías. Terminó, guardó las botellas en la cocina y se recostó en el sofá a mi lado. Me entregó un paquete bastante pequeño.
-Esto es para ti y para Tanner.-
-¿Qué quieres decir?-
-Ábrelo y te lo explicaré.-
Arranqué el papel de regalo y miré la caja. -¿Qué es un dispositivo de placer personal We/Vibe?-
-Abre la caja.-
Lo abrí y dentro había una pequeña caja de plástico y un cable USB. Retiré la tapa de la caja y vi un dispositivo en forma de U en unas hendiduras en la parte inferior. Lo saqué.
-Es un vibrador.-dijo Tiffany. -Se introduce este extremo en la v****a con este brazo contra el punto G. El otro extremo va contra el clítoris. Se presiona esta pequeña perilla en la parte frontal y se controla con este control remoto.- Sacó otra pieza de la base. -La base es un soporte de carga que carga tanto el vibrador como el control remoto, aunque también puedes conseguir una aplicación que controla el dispositivo. Puedes cargarlo en cualquier puerto USB, incluso en una laptop o donde cargues tu teléfono. Como puedes ver, no es grande y no te romperá el himen, así que tu virginidad estará a salvo para Tanner.-
Las otras mujeres se acercaron más y Taylor exclamó.-He oído hablar de esta cosa y se supone que es para morirse.-
-Tengo uno y es para morirse.-dijo Sydney. -Me encanta el mío.-
-Espera, Tiffany.- dije. -Dijiste que esto es para mí y para Tanner. Él no tiene v****a. ¿Qué tal para él?-
Notarás lo fino que es justo donde pasa por tu v****a. Tanner puede introducir su pene mientras lo llevas puesto y vibrará a los dos a la vez. Además, es resistente al agua. Puedes usarlo en la bañera o en la ducha. Tanner lo disfrutará tanto como tú, te lo prometo. Lo he cargado para que puedas probarlo más tarde.
-Mi regalo llegará más tarde.- dijo Sydney. -Tienes tiempo para que nos demuestres tus otros regalos.-
-Lo prometí, ¿no?
-Sí lo hiciste.- dijo Sydney.
Llevé toda la ropa a la habitación de Tiffany. Me quité los pantalones cortos y la blusa, y me puse el negligé y la bata. No me quedaba bien con el sujetador y las bragas, así que me quité el conjunto y también el sujetador y las bragas. Ya había estado desnuda delante de la mayoría, sobre todo en vestuarios, y había compartido dormitorio o apartamento con tres de ellas. Casi la única delante de la que nunca me había desnudado era Sydney, y estaba a punto de convertirse en familia. Fui a la sala con el conjunto puesto. Erin silbó, un silbido largo y me sonrojé.
—Ay, cariño, tienes que desbrozar la casa antes de tu boda —dijo Donna—. Tu hombre no debería tener que rebuscar entre los arbustos para encontrar tu tesoro.
-No quiero parecer una menor de edad.- protesté. -Quiero parecer una mujer adulta.-
-Puedes dejar algo de pelo ahí.-dijo Taylor. -Una pista de aterrizaje o algo similar.-
-Quizás un corazón.-dijo Tiffany. -Aunque solo uses una maquinilla para raparlo, pero sinceramente, nadie te va a confundir con una menor de edad con esas tetas. Si quieres, con gusto te pago una depilación brasileña. La verdad es que es un poco excesivo ahora mismo, sobre todo si quieres que Tanner te lama ahí abajo. Lamer el vello largo puede ser bastante desagradable. Piénsalo, pero tendrás que hacerlo cuanto antes, porque quieres que se te pase el dolor antes de irte de fiesta con Tanner.-
-Está bien. ¿Qué debería probarme ahora?-
Yvonne dijo.-Puedes probarte el corsé con el liguero, las medias y las bragas sin entrepierna. Podrás hacer muchas cosas a la vez.-
-¿Quieres ayudarme a ponerme el corsé?- le pregunté a Yvonne. -Veo que hay que atarle los cordones por detrás.-
-Claro, me encantaría.-
Me siguió al dormitorio y me dijo que empezara con las medias. Escogí unas blancas con un coqueto estampado de encaje. Yvonne estaba mirando otras.
-Estos se mantendrán en su lugar si quieres. Tienen una buena elasticidad, pero ponte el liguero para probártelos.- Así que, después de subirme las medias, me puse el liguero y ajusté las tiras. Me miré al espejo, desnuda solo por las medias y el cinturón. Tenía que admitir que me veía bastante bien. Yvonne cogió el corsé y me lo dio. -Tienes que ponértelo.-dijo.
Me lo subí por las caderas y me lo ajusté a la cintura. Al hacerlo, descubrí que mis pechos quedarían en un estante y no estarían cubiertos por el corsé.
—Esto es muy atrevido, ¿no crees Yvonne?
Eres perfecta para ello. Te quedará increíble. A Tanner le encantará.
-Podría apretarlo un poco para ver si puedo respirar.-
Yvonne se colocó detrás de mí y empezó a tirar de los cordones. El corsé se ajustaba bien a mi cintura, realzando mis pechos y haciendo que mis caderas se vieran geniales.
—Ya basta, Yvonne. Me cuesta respirar.
-Te acostumbrarás a usarlo y la próxima vez te resultará más fácil respirar.-
La pregunta es: ¿quiero acostumbrarme a usar uno? Giré ligeramente a la izquierda y a la derecha. Yvonne tenía razón, a Tanner le iba a encantar.
-Ahora ponte las bragas de Donna y se las enseñaremos a los demás.-
Intenté agacharme y recoger un par de la cama y me di cuenta de que no podía doblarme desde la cintura.
-Eh, creo que necesitas ayudarme a ponérmelos. No puedo agacharme.-dije.
—No hay problema. Puedo ayudarte con eso. Supongo que todo esto debe hacerse en cierto orden.
-Sí. El corsé al final.-
-¿Qué color de bragas quieres usar?- preguntó Yvonne.
-Parece que el blanco es el tema principal. Vamos con el blanco.-
Yvonne agarró los blancos y se arrodilló en el suelo frente a mí. Se sentía extraño tenerla tan cerca de mi v****a, pero, por lo que pude ver, no le estaba prestando mucha atención.
—Pierna izquierda arriba, por favor. —Le puse las manos en los hombros para mantener el equilibrio, levanté la pierna y ella deslizó un lado sobre mi pierna izquierda—. Ahora la derecha. —Levanté la otra pierna y ella la deslizó sobre mi sandalia y la subió por mis piernas hasta las caderas.
Retrocediendo un paso, me miré de nuevo al espejo, observándome con ojo crítico. Donna tenía razón. Tenía que recortarme el vello púbico. Mechones castaño oscuro asomaban por la entrepierna de las bragas, pero, ¡ay, qué bien me veía!
-Vamos a enseñárselo a los demás.-dijo Yvonne. -Te ves genial.-
Yvonne me acompañó hasta la puerta y luego se hizo a un lado para presumir de mí. Prácticamente todos se quedaron sin palabras. Les sonreí.
Este atuendo me hace darme cuenta de que necesito recortarme el vello púbico. Odio que se note tanto, pero creo que me queda espectacular, ¿no crees?
-Si tuviera pene.-dijo Donna.-ahora mismo estarías de rodillas chupándolo. ¡Te ves estupenda, chica!-
-Creo que puedo hacer que se vea mejor.- dijo Suki.
-¿Qué tal eso?- preguntó Taylor.