Respiró aliviada, no esperaba que un hombre tan amargado fuera tan bondadoso. El se despidió después que tuvo una larga e incómoda charla conmigo, el alma volvió a mi cuerpo, tengo una oportunidad de seguir luchando por mi bebé. Grito de felicidad… Gracias a Mr. O’ Neill, tengo un techo donde dormir con mi tesoro, un trabajo con el cual asegurar que mi hijo este bien y a su vez una nueva oportunidad para empezar desde cero, dejaré el pasado atrás le haré caso al Mr. O’Neill y me divorciaré lo antes posible, no quiero saber nada de Francisco, lo odio con todo mi ser y jamás perdonaré sus humillaciones. Fui una tonta que se dedico hacer feliz a lo demás dejando de lado su propia felicidad, estaba rodeada de arpías y no lo quería ver, corro hasta la cocina, abrazo a mi pequeño, la felicidad

