Amaia se ve exquisita en ese vestido, intente controlar mis emociones. Sin embargo mi mirada me delató, hasta mis niñas se dieron cuenta como la observé con detenimiento. Mi cuerpo se tensó, siento rabia al pensar que se vistió tan linda para ese imbécil, no sé qué me sucede, no soy inseguro, pero ella me hace perder la cordura.
El tenerla tan cerca y no poderla adorarla como lo deseo me atormenta, pero entiendo que ella necesita soltar las cadenas que arrastra del pasado, no la juzgo al contrario me enorgullece que sea tan buena. Mis niñas cada vez se enamoran más de ella, me ha insinuado que desean que Amaia sea su segunda madre y eso me hizo estrujar el corazón.
Ese día lloré, ya que es una verdad innegable mis pequeñas necesitan el amor de una madre, me duele esa situación, lo que me
