Amaia
Me quedé dormida después de la ducha, alimente a Joshua y simplemente me dejé caer en los brazos de Morfeo, esa agua caliente relajo mis músculos y me olvide de toda la desgracias que me envolvieron al tener un techo donde dormir. Respiré aliviada al saber que por lo menos esta noche mi hijo no estaría a la intemperie. No pasaría ni hambre ni mucho menos frío. No quería que todo sucediera de esa manera, sin embargo aceptaré los designios de dios y si él así lo quiso, pues que así sea.
Me quedé rendida hasta que fui despertada por mi pequeño comelón, mi bebé por lo general come mucho, frotó mis ojos con pesadez. Joshua acaricia mi rostro y sé lo que quiere. Desea alimentarse y mejor que le preparé el biberón lo antes posible porque es muy enojón. Fui con cuidado a la cocina no quer
