PARTE 7

1445 Words
Rayan que aún seguía estoico en el umbral siguió con la mirada al doctor y luego hacia el suelo dónde la jeringa había aterrizado. Fue entonces que clavó la mirada en Juno. En aquel hermano que lo había tenido preocupado. No parecía estar en peligro, más bien, se podría decir que el que corría peligro era el doctor que el mismo Rayan estaba acusando de abuso. Fue entonces que comprendió que su hermanito no era tan inocente como él había querido creer. —¿De qué habla este hombre? Rayan dejó salir una voz calmada, aunque la situación no era muy agradable para él, no quiso suponer nada, tal vez Juno tenía sus razones. —¿Qué es lo que pasa entre ustedes? Si se trataba de un romance oculto, Rayan estaba dispuesto a disculparse por la intromisión y en caso extremo, no le molestaría dar su aprobación para un matrimonio si ambos estaban de acuerdo. Juno no dijo nada aun cuando parecía estar por gritar de la vergüenza. Fue el doctor el que se rascó la cabeza y suspiro agobiado. Su actitud despreocupada era la de un hombre que hubiera preferido morir a tener que estar en esta situación, aquello fue suficiente para que Rayan se diera por enterado que no había sentimientos de por medio. —Juno. Rayan volvió a llamarlo, pero Juno solo dejo caer sus hombros rígidos y se cubrió el rostro. —Te dije que te fueras. ¿Por qué no te fuiste? Rayan ladeó la cabeza sin comprender. ¿Solo dirá eso? Después de tal escena solo tenía por decir aquello. Juno no tenía un rostro preocupado o intimidado, más bien padecía un gato enfadado y frustrado como si la presencia de Rayan le molestará lo suficiente para poner aquel rostro. Entonces, aquellos ojos celestes que miraban al suelo se cruzaron con el azul de Rayan. Lo miró por unos segundos antes de apartar la mirada y sobarse la nuca. —No tengo nada que decir. Igual te decepcionarás, que este bastardo te explique todo. Juno pasó al lado de Rayan dejando un rastro de su olor corporal, olor que hizo que el rostro de Rayan se contrajera. Cuando la puerta se cerró detrás de él, Rayan fulminó al doctor. El hombre asustado por las feromonas agresivas retrocedió dos pasos y habló tartamudeando. —No es lo que piensa, señor. —Dame razones para no demandarte. El doctor bajo la mirada apretada y oprimida. —Eso dijiste hace un momento. Le dijiste a mi hermano que lo demandarías ¿No es así? ¿Por qué? El doctor parecía no tener deseos de hablar entonces Rayan camino a pasos apresurados hacia él. Lo sujeto por la nuca y lo llevo consigo hasta el escritorio donde lo lanzó en el puesto. Rayan aún de pie movió sus talones con impaciencia. —Di la verdad o te demandaré por acoso, sea o no verdad. El doctor que se puso de piedra, tembloroso entrelazó sus manos y habló débilmente. —No me demandé, señor. Talvez era adinerado, pero no podía comprarse a un Clerefth y si era acusado de tal infamia sería arrestado y aprisionado. —No ruegues en vano. Solo quiero la verdad, después podrás irte. Con esa promesa el doctor comenzó a hablar. —Fue hace años, la primera vez que vine a esta mansión por revisión rutinaria… El hombre guardó silencio cuando Rayan alzó su mano exasperado. —No quiero escuchar cosas innecesarias, ve al punto. El hombre cohibido dudó en ir directo al punto sin antes tener la oportunidad de defenderse. —Me acosté con él. Tal vez fue por qué era un hermano mayor al cual intentaban decirle que su lindo hermanito ya estaba teniendo relaciones sexuales a tan temprana edad. —¿Que cosa? —¡Dije que me acosté con él! El cuerpo de Rayan reaccionó primero, sujeto al hombre por el cuello, su sangre corría tan rápido por su cuerpo que sentía que está hirviendo. —¡No es así! El doctor grito desesperado por aclarar la situación. —¿Que no he entendido? —Rayan apretó con más fuerza, —¿Quieres morir, bastardo? El hombre se aferró a las muñecas de Rayan intentando aflojar el agarre que lo asfixiaba. —No… Él, me lo pidió. —¿Qué? Rayan soltó un poco su agarre aunque no lo soltó. —Unos chicos… —¿Unos chicos qué? Rayan apretó un poco robándole el aire antes de soltar al doctor para que hablara. El doctor tosió varias veces antes de recuperarse. —Unos chicos lo abusaban en las tutorías. Rayan sintió su pecho oprimido. En el mundo de las feromonas la palabra abuso no es afirmativa, podría significar muchas cosas. Rayan sintió que su cabeza le estallaría de tantas cosas. —Sé más específico. El doctor que se recompuso, se puso de pie limpiando sus manos y habló con rencor. —¿Qué más específico quiere que sea? —¡Lo suficiente para que mengue las ganas de matarte! Ante el grito de Rayan, el doctor suspiró y sobó su cuello. —Había un grupo de alfas que lo fastidiaban en las tutorías. Al principio solo era atracción, Juno era un Omega hermoso y ellos alfas, normal en adolescentes. El doctor volvió a su puesto y siguió hablando. —Cuando uno de ellos se confesó y fue rechazado, los demás hicieron los mismos, teniendo en cuenta la personalidad de ese chico no creo que haya sido muy amigable al rechazarlos a todos. Rayan retrocedió con la mano en la cabeza. —Espera. Dices que unos chicos acosaron a mi hermano, solo por qué fueron rechazados. El hombre asintió y luego corrigió. —No, abusaron de él. Rayan apretó su puño con fuerza. Ya no había nada que se pudiera hacer para calmarse. Unos bastardos habían violado a su hermano y eso le enfurecía tanto que estaba por explotar. Intento calmarse, estaba liberando muchas feromonas agresivas. —¿Y usted cómo sabe eso? El doctor volvió a tensarse en su lugar. —Porque Juno Clerefth me pidió feromonas y cuando me negué… El hombre parecía tener conflicto al decirlo. —Me violó. —¡¿Qué?! Rayan que había estado internado comprender sin perder la cabeza, tuvo que buscar un lugar donde sentarse. —¿De qué habla usted? Era imposible que aquel niño pudiera violar a alguien. Luego recordó aquello que escuchó justo antes de entrar. “Solo por eso no te he demandado” Aquellas palabras siguieron repitiéndose una y otra vez. —¿Sabías que lo estaban acosando? Aunque sabía que no fue acoso, sino abuso, no quiso decirlo por qué sentía que tomaba demasiado de él para aceptarlo. —Sabía que estaba teniendo relaciones debido a los constantes chequeos clínicos. Rayan lo miro con los ojos centellando odio. —¿Y no hizo nada? —¿Qué debería hacer según usted? Él afirmó que la intimidad era consensuada. —Joder es solo un niño. —Solo hago mi trabajo. No estoy aquí para indagar en la vida marital de nadie. Aunque sabía que eso era cierto, Rayan no podía dejar de culparlo. —Al menos debió hablarlo con… Rayan se detuvo en seco. —¿A quién debía decirle aquello? —respondió el doctor, —Sus hermanos alfas nunca estaban presentes y el mayordomo no era alguien a quien yo sintiera que decirle aquello era conveniente. Por supuesto, este hombre no confiaría en un mayordomo. Realmente, era su culpa, él no estaba presente, por eso pasaron las cosas, por qué no estuvo presente, es por qué no hizo el papel que el alfa de la familia tenía que hacer. Cuando un Omega nace en una familia, es normal que el alfa de la familia rocíe feromonas en él, es una manera fácil de protegerlo de los demás alfas. Pero Rayan no estaba y era imposible que alguien más lo hiciera. Es por eso que Juno pidió las feromonas de este hombre. Era obvio que Juno estaba desesperado por ahuyentar a aquellos chicos. —Si pidió tus feromonas ¿Por qué no lo ayudaste? —¿Quién dijo que no lo hice? El doctor frunció el ceño enojado. Cuando Juno le pidió aquello acepto enseguida, sentía lástima de aquella mirada apagada. —Entonces… Rayan no terminó de hablar, pero el doctor comprendió lo que Rayan quiso preguntar. —No lo sé tampoco. Tendrá que preguntar usted mismo. No había manera de que Rayan pidiera ir con Juno y pregúntale la razón del porqué abuso del doctor. Aun con su poca motivación Rayan despidió al doctor y subió a la habitación de Juno. CONTINUARÁ…
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD