La tarde estaba bastante cálida, a diferencia de Rayan quien sudaba frío por cada escalón. Se armó de valor para llegar hasta la puerta de Juno y tocar dos veces. “…” No hubo sonido o muestra de que alguien adentro abriría la puerta. Rayan un segundo se convenció de dejar pasar todo esto e intentar hablar después con Juno, con eso en mente se dio la vuelta dispuesto a irse. Se detuvo a dos pasos de la puerta y miró la sombra que se notaba que estaba del otro lado de la puerta. Juno del otro lado de la puerta estaba recostado con la espalda a la puerta. Rayan volvió y se sentó en la misma posición de Juno con la única diferencia de la ubicación contraria. —Sé que estás ahí. Nuevamente hubo silencio. Rayan también guardo silencio por un segundo antes de volver a hablar. —¿Puedo

