La entrada al gran salón, era la cosa más fascinante que León hubiera visto algún día. Se detuvo y examinó los grandes soportes de concreto adornados con enredaderas y flores color violeta. Todas las paredes del gran salón eran espejos que reflejaban a cada uno de los presentes. Dan nunca antes había visto algo como esto. En Tlorean los eventos, como estos, eran de beneficencia, sin mencionar, que no se esmeraban tanto en la decoración. La música era bastante suave, melódica para ser preciso. En la pista de baile ya había varias parejas bailando. León se sintió aliviado al saber que, al menos, los bailes en Lexus eran iguales a los que él conocía. —León. Dan lo llamó. León se giró hacia Dan Hamilton. Dan estaba en la entrada recibiendo una o dos tarjetas. León, al verlo sintió un al

