El aroma de las feromonas de Rayan llenaban la sala a montones. Los dedos dentro del agujero de Dan, se movían implacablemente buscando el punto correcto.
Dan se aferró a las muñecas de Rayan con fuerza. Dan solía tener sexo con las personas que quería y aunque ya había usado el trasero antes, la verdad es que no lo hacía con tanta regularidad, ya que era bastante difícil.
El frío de la ventana entraba a cantares, Dan pensó que había sido una buena idea el dejar la ventana abierta.
Dan precia estar en otro mundo, Rayan se sintió ofendido por eso y entierro un tercer dedo dentro de Dan. Al sentir los dedos, Dan gritó e insulto a Rayan.
Sus insultos no movieron el corazón de Rayan, más bien, siguió buscando y explorando en lo más profundo y entonces, Dan se crispó. Todo el cuerpo de D
