Dan parpadeó. La luz opaca se filtró por las ranuras de las cortinas. Aun adormilado, Dan estiró su cuerpo y caminó hacia las cortinas, las estiró y abrió. Dan supo enseguida la razón del porqué la luz que debería de ser intensa ahora estaba tan opaca. La lluvia caía como una llovizna suave, pero entre las nubes más altas, los relámpagos se alumbraban por secciones. Dan supo enseguida que hoy sería un día lluvioso con tormentas. Dan se metió a la ducha, se alistó y salió con apuro. León por alguna razón se quedó mirando como Dan salía del hotel sin decirle nada. León suspiró agobiado. Comenzó a morder sus uñas. ¿Qué haría ahora? Dan le dijo que lo resolviera, pero ¿Cómo? León pensó sus opciones, podría quedarse, buscar un trabajo y establecerse aquí, pero él nació siendo un noble,

