En la sala desordenada del hospital, entraba cada enfermera con apuro y salía con sábanas y gasas ensangrentadas, sus rostros pálidos y sudorosos reflejaban angustia y terror.
Noa frente a la puerta caminaba de un lado a otro sin detenerse. Su angustia la podía sentir en carne propia Logan.
—Amor, deberías sentarte.
Logan intentó sujetar a Noa, pero este se deshizo de su agarre.
—No. No quiero.
No estaba por llorar. La puerta se abrió de golpe y Juno con rostro de pesar miró hacia la puerta, luego hacia Noa y por último hacia Zyrian que estaba en el fondo. A su alrededor se podía sentir el aire tan helado que la temperatura bajó de golpe.
Juno apretó sus puños con fuerza. ¿Qué había pasado? Marlon estaba bien hace unas horas. Juno se debatió en ir y darle unas palabras reconfor
