La mañana no fue como había pensado. Hoy más que nunca se sentía agotado y cansado. Desde que regreso a la mansión, todo había sido caótico, desde Juno y sus traumas, hasta la administración de los bienes de la familia. Al menos agradecía que Marlon se encargará de sus bienes, lo cual le quitaba cierto peso de encima. —Necesitamos vacaciones. Marlon, que había estado sentado con los pies cruzados en el comedor, propuso aquello. —Noa, tienes un mejor semblante. Que dices ¿Quieres vacaciones? Noa se llevó un trozo de carne a la boca y masticó despacio. Ciertamente, estaba mejor, los dolores habían menguado y se sentía con más energía, aunque era difícil acostumbrarse a sentir sus propias feromonas, poco a poco comenzaba a acostumbrarse. —Me gustaría mucho. —¿Que lugar tienes en

