MAXIMILIAN
El sonido del metal chocando una y otra vez predominaba en el aire, el esclavo cayó al suelo después de que mi espada amenazara con rebanar su cuello, en un intento por salvarse rodo en el piso mientras su pecho bajaba y subía sin cesar.
—Es suficiente por hoy—Informé dejando caer la espada al suelo de tierra, en una de las salas había un enorme cuadro de tres por cinco metros que no había sido cubierto con mármol, era usual que los espacios fueran dejados de esa manera a propósito para ser utilizados como arenas de entrenamiento. El esclavo sonrió antes de ponerse de pie, Cotis era un conocido gladiador tracio que solía ser el favorito en las apuestas durante los espectáculos del Anfiteatro Flavio, era un hombre curtido por la experiencia de haber sobrevivido a muchos de los
