—Andrew, esto va muy rápido, ¿ok? Primero deja proceso el hecho de que no estoy enferma de mi cabeza, tengo cosas por pensar, un paso a la vez—
—De acuerdo, lo siento, no quise presionarte, ¿quieres que te explique lo del espejo? —
—Por favor—
Respondo y él se aleja hacia el librero, de este toma un gran libro de pasta antigua de color rojo y se acerca de nuevo, lo abre y me muestra mientras se agacha tomando la mochila y saca el espejo colocándolo al lado de este
—Esto, Nath, es un espejo de Lilith, hay bastantes libros que te dicen como hacerlo, pero muy pocos logran llevar a cabo lo que se necesita para que se cumpla la intención, este espejo tiene como fin mostrar a tus enemigos, solo si tú lo hiciste, pero si lo llenaron de carga negativa y te lo obsequiaron, funciona como un portal, tienes pesadillas porque es más poderoso por la noche, atrae a las criaturas del bajo astral, las de mi mundo y otras que están fuera de mis dominios, entre esas la sombra negra que sueles mirar, por eso te pedí que me lo entregaras para destruirlo —
Arqueo una ceja, debe estar de broma esto luce como la baratija de espejo que es
—¿De verdad? —
—Te mostraré—
Pasa una mano sobre este y lo que no estaba visible ahora lo es, veo unas inscripciones resplandecientes en un idioma que no conozco y una estrella de David, hay más símbolos, en verdad jamás me imaginé que esto se ocultaba en el espejo, Andrew le da la vuelta y con cuidado le retira el plástico que funciona de marco descubriendo la parte posterior, mis ojos se agrandan al ver lo que pareciera un mechón de cabello, se parece al mío
—Lo hicieron para ti—
—A ver ¿la brujería es cierta? —
—Hay muchos mitos, muchos farsantes que andan por ahí, pero esto es auténtico, te quieren hacer mucho daño—
—Jamás habría pensado eso de Jake—
—Pues ya no te hará daño con esto, me desharé de él y listo—
—Andrew, me despiertas mucha curiosidad—
—La curiosidad mató al gato—
—Pero murió siendo sabio—
—Esa es muy buena respuesta, Nathalie, adelante dime ¿Qué quieres saber? —
Me pregunta tomando asiento, su mirada se clava en mí y decido empezar con la entrevista
—Si eres un demonio, ¿vienes del infierno? —
—Si—
—y ¿Cómo es? —
—¿Has leído La Divina Comedia? —
—Si, por eso me sorprendiste con los dibujos de Botticelli—
—Bien, pues es la descripción más acertada del infierno, hay un círculo por cada pecado capital y cada uno tiene a su gobernante que es un demonio de alto rango, un príncipe—
—¿Tu eres uno? —
Me sonríe y asiente, estira su mano derecha y justo en su dedo anular veo un anillo con una piedra azul
—Este anillo me marca como gobernante del infierno, aun no te diré quién soy realmente, así como tu pides tiempo para mostrarme algunos de tus secretos, yo te pediré el mío y no por falta de confianza, sino por miedo a que te alejes—
—No me alejaré—
—¿Cómo estás tan segura? —
—Dios me dio la espalda hace mucho tiempo y si un demonio me ofrece todo lo que tú y no hablo de lo material, prefiero que seas tú el dueño de mi alma—
—Es tentador el querer hacer que firmes un pacto para mí, pero soy más feliz de tenerte cerca por voluntad propia—
—Entonces, gobiernas el infierno, eso quiere decir que tus hermanos también lo rigen ¿cierto? —
—Si, así es—
—y ¿Qué se supone que soy? —
Se aclara la garganta y cuando esta por responder suena el timbre
—Ya vengo, creo que tendré que contratar a un amo de llaves, esto de tener que ir a abrir es algo fastidioso—
Sonrío y solo hace ese truco para desaparecer, tomo el libro que ha dejado frente a mí, veo los mismos símbolos del espejo, pero está escrito en un idioma que no logro comprender, sigo hojeando y veo ilustraciones y símbolos extraños, escucho voces aproximándose y la puerta del estudio se abre
—Pasa, Dan, gracias por venir—
—Salí un poco antes de la escuela, así que quise adelantar trabajo, ya sabes, quiero invitar a salir a mi Dumplin y… Hola ¿Harper? ¿cierto? —
—Si, tú eres el chico de esta mañana—
—El mismo, aquí está el contrato que hizo el señor S, puso los datos que enviaste por mensaje, tío, así que revísalo—
—Lo firmaremos de una vez y así se lo llevas de vuelta sin tener que regresar más tarde—
—Excelente—
Abre el folder y pone frente a mí un contrato, esperen un segundo, ¿contrato de confidencialidad? Pero ¿Por qué? ¿mandó mis datos esta mañana? ¿cree que voy a ir gritando por ahí lo que pasa?
—¿Qué carajos? —
—Nathalie, solo es protocolario —
—Pensé que se llamaba Harper—
—Dan, por favor, no hables, necesito que ella entienda… —
—Entender ¿Qué? ¿Qué crees que soy una chismosa? ¡por dios! Nadie me toma en cuenta y tengo nula vida social —
—Nath, tranquila, solo es un procedimiento que Dominick me hace hacer con todos mis empleados, no es nada personal ¿ok? Tú quieres ser mi empleada, yo soy tu jefe y esto es parte del contrato, es meramente profesional, con esto se autoriza tu nómina y nada más, no necesitas alterarte, si gustas puedes leerlo, pero no hay nada malo en él —
Lo tomo molesto y decido leerlo, escucho que Dan se aclara la garganta
—Perdón, Andrew, pero debo decirlo, Harper, yo soy yerno de Dominick y hasta yo tuve que firmar ese mismo contrato, todos lo hacemos, es parte del medio en el que trabajamos, todos tienen su fortuna y nosotros manejamos cosas importantes de su día a día y a mí no me van a tomar el pelo, tú eres peculiar al igual que nosotros ¿o me equivoco? —
Dejo el folder un momento y desvío la mirada hacia el chico, si bien luce como una persona común y corriente veo un aura a su alrededor, es de un color que no había visto, morada, pero tranquila
—¿También eres demonio? —
Me da una sonrisa y Andrew suspira acercándose a mí, se pone en cuclillas al lado de mi asiento y toma mi mano
—Nath ¿tú puedes ver su aura? —
—Son como una especie de luz de colores alrededor de las personas, la tuya es roja y la de él morada—
—Soy un nephilim, no te preocupes, Harper, hace apenas unos años me enteré de lo que soy, sé que esto te parecerá hasta cierto punto perturbador, pero no hay nada de qué preocuparte, los demonios son buenos tipos, mi chica es genial y gobierna el infierno, pronto nos casaremos—
—O sea que ¿llevan una vida común? —
—Como cualquier persona, vamos a la universidad, tenemos citas, tenemos una perrita que tratamos como si fuera una bebé, todo es excelente, debes aceptar que tu vida puede cambiar para bien y se volverá mágica—
—Bueno, paso de estar loca a tener poderes sobrenaturales, pero no me dicen lo que soy y por el momento no quiero saberlo, así que…—
Dejo mi frase inconclusa y miro a Andrew, su gesto es tan suplicante, pareciera en verdad que está interesado en que trabaje para él, creo que me daré una oportunidad, es en mi beneficio, ya me independicé al fin dejé el departamento de Sam, dejé de tomar las odiosas píldoras y dejé la terapia, al parecer todo está cambiando así que esto puede ser el inicio de algo bueno para mi después de todo
—Dame un bolígrafo para firmar esto, pero aclaro, a mí no me gusta enredarme en chismes ni mal entendidos, odio los problemas, trabajaré para ti en mis días libres—
Me da una sonrisa de oreja a oreja y se incorpora de inmediato, se acerca a uno de los cajones del escritorio y de este saca un bolígrafo, me lo entrega y comienzo a firmar el documento
—Entonces después hablaremos sobre que trabajes para mí a tiempo completo ¿cierto? —
—Despacio, vaquero, ya he tenido muchas impresiones fuertes en un solo día, dame unos cuantos días para considerar tu propuesta para ser tu asistente personal—
—Bien, pero, de verdad considéralo, nos beneficiaríamos ambos, más yo —
Lo miro por encima de mis gafas y le entrego el folder, este se lo entrega a Dan
—Bueno, debo irme, el señor S quiere que resuelva algunas cosas más—
—Cuídate, Dan y gracias por ayudarme con este asunto—
—De nada, tío—
Le da un guiño y me hace una seña despidiéndose, siento el vello de mi nuca erizarse y una bruma negra lo envuelve ¿todos aquí saben desaparecer?, Andrew solo sonríe negando con la cabeza
—Este chico es bastante entretenido, quizás por eso mi terca sobrina se enamoró de él—
—Andrew—
—¿Si? —
Suspiro y me retiro las gafas, me siento un poco cansada con todo esto, pero debo admitir que me ha tratado bastante bien
—Gracias por todo—
Se acerca y me da su mano, me incorporo poniéndome de pie frente a él, su mano libre va a una de mis mejillas acariciándome, cierro los ojos ante su tacto
—Gracias a ti por dejarme estar cerca, ahora, me imagino quieres tu espacio, pensar y preparar todo para vernos mañana con el informe financiero, aunque la verdad ayer me diste un buen reporte, no hay prisa si necesitas descansar—
—Debo de ser una buena empleada y darle una muy buena impresión a mi jefe—
—Ya me la has dado, aunque no sabes lo mucho que deseo besarte en estos momentos—
Pongo ambas manos sobre su pecho y agacho la mirada, si bien me atrae y mucho, hay cosas en mí que no están del todo bien y temo ir rápido con este tipo que ni siquiera conozco del todo
—Andrew—
—Por favor—
—Te patearé las bolas si lo haces —
—Valdrá toda la jodida pena del mundo—
—En serio, por favor, hay cosas, debo ser honesta, me gustas, no te conozco, pero me atraes y mucho, eso es innegable, pero tengo miedo ¿ok? No quiero ir rápido, solo, vamos un paso a la vez, vamos a conocernos y ver como se dan las cosas, pero no nos aceleremos tanto, solo llevamos dos días hablando—
—Lo entiendo, te daré tu espacio, también hay cosas en mí que debes saber antes de tener alguna relación, no puedo forzarte a nada, soy un ferviente seguidor del libre albedrio—
Acerco mi rostro a su pecho recargando mi frente, inhalo su fresco aroma a menta, me gusta mucho, en verdad quiero más, me gusta su tipo de atención y protección, pero ahorita mi cabeza está saturada con todo, necesito pensar las cosas en frío y en definitiva debo conocerlo más, una de sus manos me acaricia la espalda mientras la otra me toma por la cintura, me relaja, tengo algo de sueño, a este paso me dormiré estando de pie
—¿Quieres que te lleve a casa? —
—Si, pero solo si te quedas conmigo un momento—
—Bien, aunque si te quieres quedar en mi habitación y estar cómoda puedo jurarte que estarás bien, no me sobrepasaría contigo jamás—
—Lo sé, a pesar de ser un demonio eres bastante genial, un buen tipo y aunque tengo curiosidad por conocer donde duermes, me sentiría más segura en mi apartamento, sé que suena tonto, pero así soy —
—No eres tonta, solo te gusta sentirte en tu territorio o ¿cómo le llaman? Ah sí, lugar seguro, nos apareceré allá, solo cierra los ojos esta vez, no quiero que te marees—
—Gracias, Andrew—
Cierro mis ojos al mismo tiempo que siento ese escalofrió recorriéndome, el abrazo de Andrew es firme, me siento tan pequeña entre sus brazos
—Llegamos, ya puedes abrir los ojos—
—Me gusta ese truco tuyo—
—Tengo muchos más, pero para mostrártelos debo ganarme tu confianza primero—
Me da un guiño y yo solo sonrío negando con la cabeza
—¿Qué dije? —
—Eres un pervertido de lo peor, no trates de ocultar que no hablabas en doble sentido—
—Esta vez no era doble sentido, te juro que tengo muchos trucos que mostrarle, al parecer la pervertida aquí eres tú, pero no deberías provocarme tanto, eso es cruel, me gustas y no me das ni siquiera un beso más —
Ruedo los ojos, aún estamos abrazados, me paro de puntas y le doy un beso en la comisura de sus labios, pero él se gira y logra su cometido robándome un beso, no evito sonreír
—Listo, si quieres patea mis bolas, aunque me retorceré de dolor, pero nadie me quitará el beso que he conseguido—
—No te patearé, pero no más besos robados, no por hoy—
—Trato hecho—
********** ***********
—Entonces ¿este es tu apartamento? —
—Si, quizás no es tan lindo como es tuyo, Sam, pero es mío—
Esta semana ha sido de locos, después de mi ausencia en el trabajo que por cierto, salvo a Jane le preocupó, todo ha salido como de costumbre, la señora Mitchell regresó de Seattle al igual que Jake, Andrew se dio a la tarea de hacerles saber que está más que conforme con mi trabajo y eso me valió una felicitación de la jefa, aunque Jake no estaba del todo conforme y fue peor aun cuando a mi sexy jefe se le ocurrió enviarme flores a la oficina , aún no saben que trabajo para él los fines de semana; hoy es sábado y fue mi primer día, todo salió increíble aunque solo fue media jornada, Andrew tuvo que ir a revisar algunos asuntos solo, así que he aprovechado para verme con Sam
—Pues, no sé qué decir, Harper, te veo feliz, pero tengo miedo de que estés sola—
—Te mostraré algo—
Digo y me encamino hacia la cómoda, agradezco que Lucius me haya enviado todos los resultados de mis exámenes por mail, quizás Andrew le pidió que lo hiciera, pero como sea estoy agradecida por ello, me acerco a Sam y le entrego el folder
—¿Qué es esto? —
Pregunta mientras fija su mirada en mí, le sonrío
—Solo ábrelo y lee—
Sam mira cuidadosamente cada hoja, arquea una de sus cejas y sigue observando con atención
—Harper, sé que me tienes fe, pero no entiendo ni un poquito de lo que dice aquí—
—Creo que lo que dicen de las rubias es cierto—
—Oye, no seas pesada—
—Solo bromeaba, Sam, eres quizás la única chica rubia que conozco que además de ser bonita es lista—
—No sé si sentirme alagada u ofendida, pero ya dime que es esto—
—Me hice todos los análisis de nuevo, todos—
—Si es lo que estoy viendo, mi duda es, ¿de dónde sacaste el dinero para pagar un hospital tan caro? No te ofendas, es solo que esto es costoso en un hospital privado y este en particular lo es—
—No los pagué yo, tengo mucho que contarte, pero te diré que los pagó mi jefe—
Me da una sonrisa pícara creo que ya sé a dónde irá a parar esto
—Pilla, le gustas a tu jefe, ¿no me digas que te conseguiste a un anciano moribundo con una gran fortuna? Serás como la viuda negra—
—¡no inventes Sam! No es ni viejo, ni moribundo, si es millonario y es ardiente como el bendito infierno, pero es mi jefe y solo eso, todo es profesional—
—¡Ajam! Y yo me chupo el dedo, pero bueno, sigue con tu historia que ya se pone interesante que estés casi por tirarte al jefe—
Ruedo los ojos y suelto una pesada respiración, no tiene remedio
—Como te decía esos son todos mis análisis y placas de mi cabeza, Sam, estoy sana, bueno, tengo anemia, pero el diagnostico de esquizofrenia está mal, todo este jodido tiempo me intoxicaron con esas malditas píldoras y no tengo nada—
—Entonces ¿y las alucinaciones? —
Tengo que improvisar, no puedo ir por ahí hablando de un mundo que ni yo creía que existía y que aún lo pongo en tela de juicio
—Al parecer es por depresión, más la intoxicación por el medicamento, pero no necesito ir con la doctora Murray, no necesito las píldoras, soy una persona sana, así que con esto puedo hacer una demanda a los médicos que me atendieron anteriormente—
—Entonces, estás sana, eso suena muy bien, pero entonces debes considerar el hecho de que debes darle vuelta a la página con lo de Richard—
Me paso las manos por el rostro, no me gusta tocar el tema, tiene razón con lo de dar vuelta a la página, pero ella no sabe lo que yo sentí y siento aun, me encamino hacia la entrada de mi habitación abriendo
—Ven vamos por una gaseosa—
—Harper, no le des vueltas al asunto—
—No le doy vueltas, tengo sed, vamos—
Rueda los ojos y se pone de pie para después seguirme hasta la cocineta, abro la pequeña nevera y saco dos latas de gaseosa, le ofrezco una y nos sentamos en el desayunador
—Necesitas un sofá—
—Y una pantalla, pero ya los iré comprando con el sueldo de mi nuevo trabajo con el señor Wargner—
Abro la lata y bebo un poco, Sam solo me mira y se aclara la garganta
—Harper, volviendo, debes dar vuelta a la página y permitirte salir con chicos, el tiempo está pasando muy rápido, si bien tenemos veinticinco, un día cerrarás los ojos y despertarás de treinta o de cincuenta y estarás aquí sola y rodeada de gatos—
—No seas tan drástica Sam, y yo que pensé que mi noticia sobre que no soy una enferma mental te alegraría—
—No me mal entiendas, tonta, es solo que debes dejar de cerrarte a las posibilidades, ¿Cómo se llamaba el chico rubio de tu trabajo? ¿Jake? Él es guapo, atento, te organizó una fiesta de cumpleaños en la oficina, ha tenido buenas intenciones contigo desde que trabajas ahí, deberías de pensar en salir con él—
Al recordar lo del espejo que me regaló y me hacía ver cosas horribles, frunzo el ceño, Jake no es un buen prospecto de cita
—Sam, déjame pensar las cosas y aceptar mis cambios actuales—
—Si te entiendo, pero debes superar lo de Richard, por dios, Harper, ya pasaron ¿Cuántos? ¿nueve años? —
—Sam ¡ya deja de hablar de Richard! Entiende, pueden pasar los años que sean, pero yo lo siento como si fuera ayer, no tolero el contacto, si bien tengo mis momentos y deseo algún día tener una pareja estable no estoy lista para enfrentarlo—
—Harper, solo quiero que olvides un momento lo de Richard…—
—¡Richard! ¡Richard! ¡Richard! ¡ya deja esa mierda, Sam, me lastima, al parecer no debí decirte esa parte de mi vida, no la entiendes—
—¡No te pongas así! —
—Es que tú no lo entiendes, no sabes lo que es tener asco, lo que es sentirse sucia a pesar de ducharse tantas veces, no sabes lo que es tener pesadillas, Sam, ¡No sabes nada! —
Grito un tanto alterada mientras las lágrimas recorren mis mejillas, mi día iba bien, mis últimos días estuvieron bien y luego pasa esto, odio cuando se toma este tipo de atribuciones que no le corresponden, aunque sea mi amiga, son mis traumas
—Harper, lo siento, es solo que yo…—
Escucho que golpean la puerta de mi apartamento, me limpio inútilmente con la manga de mi chaqueta y camino hasta la puerta
—¡Voy! —
Suelto en un hilo de voz
—Nath, soy yo, perdón por no avisar antes de venir—
La voz de Andrew se hace presente, suspiro tomando el pomo de la puerta y lo giro abriendo esta, veo como su sonrisa pasa a una expresión seria al verme, noto que trae un ramo de rosas violetas, ¿me trajo más flores? Creo que busca ligarme a como dé lugar, pero vamos, es tierno y se esfuerza al máximo por darme un buen momento, creo que le debo de dar la satisfacción de ganarse una cita formal
—¡Carajo! ¿Estás bien? ¿Qué pasa, Nath? —
Pregunta preocupado acercándose a mí y me abraza protegiéndome, le correspondo escondiendo mi rostro en su pecho al mismo tiempo que inhalo su aroma mentolado
—No pasa nada, estaré bien—
Susurro y él se limita a acariciar mi espalda con su mano libre
—¿Quieres hablar? —
—Si, pero será más tarde —
Escucho a mis espaldas como Sam se aclara la garganta
—¿y tú eres? —
—Andrew Wargner, pero un poco de cortesía al saludar no te caería mal, niña—
Responde molesto, levanto un poco mi rostro y logro notar su ceño fruncido, Sam puede sacar de sus casillas a cualquiera
—Mira, guapetón, esta chica es mi amiga, no, es más, es mi hermana, y llegas tú, un extraño a su departamento y no te conozco y te veo que la abrazas —
—¡Basta Sam! No eres mi guardián, ¡por dios! —
Protesto encarándola, ella se cruza de brazos y frunce el ceño, si bien a veces sus intimidaciones funcionan, esta vez no tendrá el gusto de lograrlo
—Él es mi jefe, de quien ya te hablé, ¿contenta? —
Arquea una ceja y su mirada va de mi a Andrew y de vuelta
—¡oh! —
Responde dejando su boca abierta, creo que me esperara otro interrogatorio de su parte, más considerando que este hombre atractivo llama la atención de cualquiera, despertaría la curiosidad hasta de una mujer ciega
—Nath, en verdad no quise provocar una situación incómoda, solo vine a ver si querías ir a cenar conmigo y revisar unos datos que encontré interesantes —
—Si por favor llévatela, necesito que esta criatura salga—
Suelta Sam, la fulmino con la mirada y luego observo a Andrew que arquea una ceja
—¿Quién carajos te entiende? Primero me tachas de ser un desconocido que llega así como así con tu amiga y la sobre proteges y ahora quieres que la lleve conmigo—
—Pues yo si entiendo bien lo que quiero decir, bueno, después hablamos, Harper, y tú, cuídala —
Suelta Sam pasando al lado de nosotros saliendo de mi apartamento, esto en verdad fue extraño y muy incómodo, bastante incómodo, suelto una pesada respiración y de nueva cuenta mi atención total está en Andrew, trato de regalarle una sonrisa, él acerca una mano a mi mejilla acariciándome, parece que sabe que amo cuando me toca así
—Tu amiga está demente—
Suelta haciendo un gesto divertido, le doy una leve sonrisa
—y ella decía que yo era la loca—
—Pues si tú estás loca, prefiero tus locuras al cien por ciento—
—Gracias, aunque de verdad deberías cuidarte de esta loca que tienes frente a ti —
Suelto jugueteando con mis cejas, él solo se limita por un momento a sonreír
—¿Por? —
—Porque si te pasas de listo cumpliré mi amenaza de molerte las bolas de una patada—
—¡Auch! ¡Que salvaje! Pero admito que me gustan los riesgos, más si la recompensa es el beso de una mujer muy hermosa e inteligente, porque debes admitir que lo eres, Nath—
Su mirada se suaviza y ese centelleo verde esmeralda se hace presente, no puedo evitar suspirar, toma mi mano y nos hace encaminarnos hasta la barra del desayunador, sobre esta deja el ramo de rosas
—Deja busco algo que sirva como florero, son muy hermosas, me has sorprendido dos días seguidos con flores, no sabes lo mucho que me gustan—
—Prometo que tendrás flores seguido, Nath, pero ahora mismo quiero darte algo más—
Noto como traga en seco, se acerca a mí con cierto nerviosismo y yo solo me muerdo el labio, acerca su pulgar a mi boca haciendo que detenga mi accionar
—Yo quiero morderlo, ovejita—
Antes de que pueda reaccionar, me besa, es suave y transmite tanta paz que hace que pueda sentir esas dichosas mariposas en el estómago, ligarse al jefe creo que es lo mejor que me está pasando en mi horrorosa vida, mis manos van a su nuca mientras él lleva las suyas a mi cintura pegándome por completo a su cuerpo, abandona mis labios y deja un reguero de besos hasta llegar a mi cuello, la temperatura se está elevando poco a poco, succiona cierta parte de esta zona que me hace gemir y una de sus manos va hacia mi culo dándome un apretón, es ahí cuando mi mente despierta de la caliente ensoñación y abro los ojos de golpe, el maldito recuerdo de Richard comienza a bombardearme como fotogramas en mi cabeza, me tenso, estoy rígida como una maldita tabla, mi pulso se dispara y mi respiración se corta, estoy entrando en pánico, Andrew se detiene al instante, creo que ya lo notó, me toma por los hombros, yo solo puedo escuchar el martilleo de mi corazón ensordeciéndome
—Nathalie ¿Estás bien? —
—Yo, yo…—
Siento un nudo en la garganta, he metido la pata gracias a mis malditos traumas, cierro los ojos tratando inútilmente de contener las lágrimas, estoy harta de joder mi vida, estoy harta de no poder disfrutar de una relación normal con alguien que realmente me gusta por seguir con el maldito trauma, pero no me siento lista para hablarlo, siento las manos de Andrew acunando mi rostro y poco a poco abro mis ojos
—No digas nada aun, no estás lista, pero cuando lo estés, voy a estar aquí, ¿lo entiendes? —
Solo atino a asentir, es tan agradable encontrar a alguien tan comprensivo, otro en su lugar además de cabrearse, seguramente me hubiera presionado para hablar
—¿Aun quieres ir a cenar conmigo? O si gustas puedo preparar algo de cenar, aquí donde me vez he encontrado mis dotes de cocinero—
Me saca una sonrisa, en definitiva es un gran tipo
—Vamos a salir a cenar, no quiero que explotes mi cocina, bueno, la cocina del apartamento, es mío siempre y cuando pague el alquiler—
—Puedes no pagarlo y mudarte conmigo—
—¿Te estás insinuando? —
—¡Oh no! Claro que no, ovejita, es todo una proposición—
Suelta mientras acaricia mis mejillas, siento mis mejillas arder, me agrada cuando me dice así, su tono de voz suele ponerse más profundo y por alguna extraña razón me hace sentir deseada
—Seguiré pagando mi alquiler, dudo que sea correcto tener una relación con mi jefe mientras estoy trabajando para él, me daría ventaja sobre los demás empleados—
—Creo que no debes preocuparte por eso, Nath, yo soy dueño de la empresa que auditarás, así que yo soy quien pone las reglas, pero está bien, quizás después aceptes mi invitación—
—Un paso a la vez, vaquero—
—Ese acento tuyo me agrada—
—¡Yee haw! —
Suelto divertida provocándole una carcajada
—Eres bastante entretenida, anda, hice una reservación de un lugar que te encantará—