Nos besamos y ella continúa masajeándome en la zona blanda de mi pantalón, hasta que poco a poco también se endurece, yo le acaricio la blusa y sus grandes senos, me hala hacia ella y terminamos en el piso besándonos y consintiéndonos por todas partes, su cuerpo contra el mío empieza a generar calor, me agarra por la correa y busca soltarla, pero por mi peso no es posible, de manera que giramos y queda ella sobre mí, luego se apoya sobre sus manos y rodillas quedando yo debajo, se saca la blusa que queda guardada aún en su falda y sonríe, luego se sienta sobre mi cadera y se desabrocha la blusa de su espalda, la deja caer descubriendo sus hombros pecosos, sus senos son tan grandes como se proyectan desde afuera, no requieren ningún tipo de relleno, las pecas se extienden gradualmente hacia
