Después de un rato me he adormecido un poco, la estoy abrazando y seguimos completamente desnudos, decido soltarme de nuestra estática posición, me levanto y veo que ella no se mueve, sólo me mira, entonces cojo la cobija sobre la que estábamos acostados y la envuelvo en ella, yo me comienzo a vestir, luego cuando al fin estoy listo escucho que me dice: - Coge los cien mil que están en el bolsillo frontal de mi bolso, considéralo un adelanto, y gracias. Sonríe al terminar la frase, asiento con la cabeza y salgo de la habitación, llego a la sala y ubico su bolso, abro el bolsillo delantero y encuentro ciento veinte mil pesos, cojo sólo la suma relacionada, y dejo el resto. Me pongo mis zapatos y recojo mi maleta, abro la puerta y salgo para encontrarme con la reja, voy a volver y