Capitulo 1. El primer dia

3246 Words
-Siga señor, por el ascensor B Continúo por el torno de acceso y me dirijo al pasillo de los ascensores, y busco el panel de números, pero no veo ninguno, recuerdo que la recepcionista me dijo ¿Qué?  Doy la vuelta y me encuentro con un ascensor con la puerta abierta, miro hacia arriba y veo que tiene una B iluminada, caigo en cuenta de lo tonto que me veo y siento las miradas del portero y las recepcionistas. Sintiendo un poco de calor en el rostro, ingreso al ascensor y para terminar mi sorpresa, tampoco hay números allí, las puertas se cierran y mientras voy subiendo veo el indicador del piso por el que voy ascendiendo, el ascensor sube relativamente rápido, pero no se siente el jalón, luego me pregunto cuánto más tardará y misteriosamente escucho un par de gemidos de mujer, ¿Qué, debo estar alucinando, esto es un edificio de oficinas o no? Seguramente son mis nervios revolviéndose con las ganas de follar que tengo, hace más de seis meses que lo más que pasa por mi cuerpo son mis manos, y ya no le encuentro sentido a hacerlo sólo. Se abre la puerta del ascensor y me encuentro en un área de gran tamaño con vidrios de piso a techo y puertas también en vidrio, las cuales permiten ver al fondo una recepción adicional, sólo se ve a una señorita atendiendo que al verme salir del ascensor sonríe amablemente y cuando me acerco a la puerta, ésta se abre de forma automática. Ingreso a lo que parece ser el área de la empresa, al fondo de la recepción se ve grande el logo en plata y azul un grupo de 3 aves volando en V, como si fuera un paisaje visto desde la distancia; me acerco al mostrador y me identifico: -Buenas tardes, mi nombre es Miguel  García y vengo a presentarme para entrevistarme con Samuel González. -Buenas tardes, sí señor, lo estábamos esperando, ya le comunico al señor González que ha llegado, por favor tome asiento. Me señala una sala de espera que está diagonal a la derecha mostrador, no puedo creer que no la vi al llegar. No tuve más que esperar un minuto cuando aparece ante mí, aquel rostro blanco de barba gruesa y negra en candado, es más alto de lo que esperaba, incluso al ubicarme de pie cerca de él, veo que es incluso más alto que yo, sin embargo ya era un rostro conocido, lo había visto a través de la cámara de mi ordenador en dos ocasiones, es quien me ha realizado las últimas entrevistas de éste proceso laboral, por lo cual me siento en plena confianza y mis nervios disminuyen un poco. Nos saludamos de mano y me invita a seguirlo mientras pone su mano izquierda en mi codo derecho, lo cual no me agrada mucho, suelo evitar el contacto físico con las personas, y más si son del mismo género que el mío, pero lo tolero con tal de evitar discusiones innecesarias, al fin y al cabo, solo dos personas en esta vida saben cuánto me molesta que me toquen, y esas son Esmeralda mi ex y mi hermosa María Dolores, por demás que me tolera, ya que ella es similar a mí en eso. Me dejo acompañar hasta una oficina pequeña donde hay por lo menos seis personas trabajando, dos de ellos hombres y cuatro mujeres, Samuel me señala una silla y me presenta a la vez a una señora robusta con cara amable de vestido rojo, quien me extiende una mano y me dice: -Adriana Cruz, mucho gusto, soy la coordinadora de talento humano. Samuel toma asiento a mi lado e imito su ejemplo, quedando los dos frente a Adriana, y tomando la vocería dice, Adrianita, él es el candidato seleccionado para trabajar en el área de archivo, está recién egresado de la universidad, y creo que si nos va bien a todos, en un año lo estaré moviendo a otra posición más adecuada a su perfil. Por lo pronto te lo dejo, y te encargo que cuando esté toda la documentación lista, lo envíes a mi oficina. -Claro que si Samuelito, ya conoces nuestra eficiencia. Samuel se levanta y se va, y antes de salir por la puerta voltea y me dice: -Miguel, quedas en buenas manos. Volteo mi cabeza para responder a su llamado, y luego de sonreír, se va y vuelvo mi cabeza hacía Adriana que me mira con su sonrisa amable; quien a su vez me pasa un grupo de papeles y me dice: -Bienvenido Miguel, hoy normalmente sólo firmas tu contrato y te damos el día para que termines cualquier otro documento que te quede pendiente, y de paso los exámenes médicos de ingreso, por favor firma en todo lugar en el que veas la línea “El empleado”. ¿Trajiste los documentos que te solicitamos por correo? -Si, acá están. Digo mientras saco un grupo de documentos de la carpeta que llevaba, Adriana me los recibe y llama a una muchacha Laura, quien tiene un uniforme de pantalón azul con una blusa blanca y lleva una chaqueta azul. Lo que me hace caer en cuenta de algo, que no puedo aguantar a preguntar. -Disculpe señora Adriana, todos tienen uniforme, ¿yo también tendré uno? -Si, el uniforme es para los cargos operativos, el tuyo es similar al de Laura, pero obvio con corte para hombre, te lo entregamos aquí mismo cuando vuelvas del centro médico. Respiro un poco pues no me gusta dañar mi ropa elegante en un trabajo rutinario, pero reconozco que me causa un poco de incomodidad darme cuenta que mi trabajo es cien por ciento operativo. -Eso es todo Miguel, por favor sigue a Laura para el proceso de darte la identificación. No había visto que Laura permanecía allí, al ver que me levanto de la silla y le doy las gracias a Adriana, voy tras Laura quien ya se ha adelantado varios pasos. -Hola, soy Laura, operativa de talento humano, por favor ubícate contra ese telón que ves ahí, frente a la cámara, te voy a tomar una foto, y podemos verificar si te gusta o no. Dice todo aquello con una sonrisa y continúa. -Por cierto, si vuelves antes del mediodía, podemos almorzar juntos, si quieres por supuesto, tengo que darte el tour por la empresa. Sonrío y le digo, que sí, mientras veo mi reloj de números digitales con adornos de dragon ball, son las 10:03. – No sé si alcance antes del almuerzo, cuánto tardaré en el médico? -La verdad suele ser demorado el proceso, pero no te preocupes, mañana también vienes, ¿Verdad? Lo dice con una risa picara, y eso hace que me fije en su rostro por primera vez, es una chica blanca de cabello n***o, muy delgada, y apenas pasará el metro y medio, creo que no debe superar los 20 años y tiene una gracia que aunque no se ve en su rostro alargado, se refleja en sus ojos café detrás de sus lentes grandes y redondos.  Muevo la cabeza afirmando, me toma la foto y el flash me deja viendo luces unos instantes, me muestra la foto, y asiento mientras digo que está bien. -Quieres cambiarla? -No, así está bien. -En serio? Siempre me hacen cambiar la primera foto, pero como quieras. -No suelo ser de tomarme muchas fotos, la verdad es un tema que no me determina, pero gracias. -Ok, toma, acá está la autorización para tus exámenes médicos de ingreso, y dame un segundo, ya te imprimo el carnet, para que puedas ingresar de una vez con tu documento, y  no olvides recoger el que dejaste en la recepción de abajo. Todo esto lo dice, mientras me tiende unos documentos, se sienta en su ordenador, se gira para recoger el carnet de la impresora, saca un gancho con un listón azul con las letras de la empresa grabadas en plata y el nombre de la empresa que dice  Luxury Exports and Services. Me cuelgo la identificación y la guardo dentro del saco azul que me puse para verme medianamente elegante. Me despido y regreso a la recepción para prepararme para bajar y veo que la recepcionista no se encuentra, así que decido esperarla. Cuando regresa a su asiento, me dice entre risas: -Me estabas esperando? -Sssi, la puerta no se abre sola como antes. Entonces, sin poder disimular la risa, me dice que con el carnet activo un panel que está de pie al lado de la puerta y si requiero ascensor, debo seleccionarle el piso al que voy para poder moverme por el edificio. Sigo sus indicaciones y la puerta vuelve a abrir al pararme en frente. Salgo del edificio, no sin antes reclamar mi documento identificación personal que había dejado en la recepción de entrada, me dirijo al centro médico feliz de haber firmado el contrato de mi nuevo empleo.   Camino tres cuadras para llegar y después de ingresar, y presentar la autorización que me dio Laura, la recepcionista del centro médico me hace esperar, la sala está llena, y solo puedo preguntarme cuánto va a durar? Las últimas 3 horas han sido agotadoras, ya ha hablado con mi madre, con mi padre, con mi hermana mayor y hasta con María Dolores  quien al parecer estaba muy ocupada y no pudimos hablar más de un minuto, pero la comprendo, es muy trabajadora, y no le gusta gastar mucho tiempo en llamadas cuando está en el trabajo, Así que después de felicitarme y decirme que me ama, se acaba la llamada, cuando veo la hora han pasado 10 minutos, así que las siguientes dos horas y cincuenta minutos no hago más que mirar a la gente entrar y salir de los pasillos y consultorios, pero ninguna persona de bata blanca me llama. Al rato una doctora me llama, tiene un uniforme morado y lleva la bata blanca abierta. Me levanto y me voy siguiéndola por un pasillo hasta el consultorio, me hizo el examen médico de rutina, desnudarme hasta la ropa interior, caminar una distancia, sentarme en la camilla, revisión de los ojos, los oídos, la respiración, me hace acostarme en la camilla y me revisa el abdomen y revisa si hay dolor al extender y recoger las piernas, luego me dice que me va a revisar los testículos para ver que no haya nada raro y me baja los calzoncillos y me agarra uno a uno los huevos, que si bien no es nada s****l, no puedo evitar sentir excitación, a lo que simplemente me ignora y me vuelve a subir los calzoncillos sin más, me siento un poco avergonzado y a la vez usado, pero le agradezco a la doctora la discreción. Al salir del centro médico, veo la hora y me doy cuenta que son un poco más de la 1p.m., así que decido ir a almorzar primero antes de volver a la oficina. Al regresar, ya me identifico con mi carnet nuevo y nuevamente el ascensor B se abre solo de pasar por el torno de acceso, llevo mis documentos hasta la oficina de talento humano y veo que Laura ya está volviendo de almorzar, me pregunta si ya almorcé y al contestarle que sí, me dice: -Perfecto, vamos entonces al tour por la empresa, y de una vez toma tu dotación, eres M, ¿Verdad?. Comenzamos por el piso donde estábamos, ahí habían muchas personas, unas de área legal, unas de área contable y otras de logística. Luego continuamos al piso 19 donde me presenta a la gente del área comercial y el área de archivo para la cual voy, allí se despide de mí y me deja en manos de Samuel después de una hora y media de caminar por todo lado y saludar a muchas personas. -Hola Miguel, que gusto que ya hayas terminado el papeleo, acompáñame por favor. Me lleva a mi puesto de trabajo, el cual queda frente a varios archivadores, pero al lado tengo una ventana amplia que da al exterior, de manera que tengo una vista panorámica de la ciudad. Me indica mis funciones y me dice que va a realizar una reunión con todo el personal del piso, y aprovecha para presentarme. Entonces salimos y nos dirigimos a una sala de reuniones, mientras ingresa el personal, me siento cerca de él y me va contando un poco de algunas de las cosas que suceden en el diario de la empresa. Al finalizar la presentación de los avances del área de archivo y documentación, la nueva tecnología para la gestión documental y otras cosas así, me pide que me levante al frente, y me presenta nuevamente a todos los reunidos, pero entonces cuando la mayoría de los presentes dice: “Bienvenido”. Alguien al fondo, una mujer, dice: -Carne Fresca-   Inevitablemente todos sueltan la risa, yo no sé si reírme con ellos, o sentir vergüenza, siento como el calor se me sube a la cara y Samuel remata diciendo, por favor, déjenme al niño tranquilo, lo que hace que todos vuelvan a reír, pero me saca del momento incómodo y pienso para mis adentros: ¿gracias jefe?. Se termina, la reunión y todos van regresando a su lugar de trabajo, cuando una señora de unos treinta y tantos bajita como de 1,60 metros blanca y de cabello castaño, un poco rolliza y sin uniforme me coge del brazo y me dice: -Bienvenido Miguel, disculpa, te molesta lo que dije? -Hm no, no pasa nada, es sólo que no lo esperaba -Ah ok, entonces puedo presentarme, Andrea Gualdrón, mucho gusto. Dice mientras me extiende la mano y se desplaza rápidamente frente a mi, y me dice además: -Cuando hicieron el recorrido, no estaba en la oficina, así que mi puesto queda aquí, por si necesitas algo, soy del área de comercial y llevo unos once años en la empresa, así que te puedo ayudar en …lo que quieras. Todo esto mientras me arrastra hasta un puesto que tiene un ventanal de piso a techo detrás de ella, y hemos pasado una puerta con vidrio opacado. Me dice también que es una de las coordinadoras del área comercial y que de nuevo sea bienvenido. -Si gracias. Será mi imaginación o mi verano eterno, pero ella ¿Hizo una pausa antes de decir las tres últimas palabras?, Debo ser yo, sacudo la cabeza quitandome las ideas tontas de la cabeza mientras voy hacia mi puesto en el área de documentación y archivo, no quiero pensar más de la cuenta, ya que aunque solo llevo dos meses con María Dolores, no quiero fallarle, y sí, yo sé, es un poco retrógrado, pero es una petición de ella, no hemos tenido sexo y no lo vamos a tener antes de seis meses mínimo. Pero aunque esta situación me está enloqueciendo, debo mantenerme firme. Se acaba el día y solo puedo decir que ha sido un buen primer día de trabajo, el final del día solo estuve hablando sobre mi y mis cosas con mis compañeros de área, somos 5 en total, el más antiguo, Felipe es un muchacho muy chistoso de cabello castaño crespo, siempre sabe que decir, aún en los momentos más incómodos; Andrés es un señor de unos 35 o más, quizás 40, es muy elegante y es el que administra el sistema, suele ser la mano derecha de Samuel, parece ser el rey del gallinero, porque se ve que está en buena forma, tiene cabello n***o, barba en candado, y tiene la piel bronceada; también está Claudia, una mujer de unos 26 años de edad más o menos que tiene un hijo de 3 años y un esposo que también trabaja, así que su hijo lo cuida la madre de Claudia, es más bien alta, de 165 quizás, morena y piel aceitunada, es delgada, pero bastante introvertida, así que cuando le dan la palabra no puede parar. Y los dos últimos, somos Samuel y Yo. Así que nos despedimos, bajo del edificio y me dispongo a buscar la ruta para volver a casa, y al llegar al paradero me la encuentro de nuevo, Andrea, no es una mujer de estereotipo físico de una mujer atractiva, pero es tan voluptuosa que atrae las miradas de quien la rodea. -Hoola, que tal tu primer día? -Hola, bien, gracias y el tuyo? -Ja ja ja, mi primer día fue hace mucho, pero también estuvo bien, ja ja ja -No, me refiero que, que tal tu día?, el de hoy -ja ja ja, Si te entendí, no te dejas ni gastar una broma, vas para la casita ya? -Si, ha sido fácil, pero un día largo -Si, te entiendo bien, es bueno que vayas a descansar junto a tu esposita -Qué? No, yo no tengo esposa -Ja ja ja,¿Ya estamos así?, ¿La vas a negar? -No, en serio, no tengo esposa, tengo novia. -Ah ya, bueno, pues ve a que te consienta. -No, yo vivo solo, nos vemos los fines de semana, ya que no nos da tiempo entre semana. -¿En serio? ¿Y eso por qué?¿Vive muy lejos? -Hm si, un poco, pero es más por una regla de los papás de ella, no quieren que su hija se distraiga demasiado, y ella es muy obediente. -Ah ok, y es que acaso que edad tienes tu, y que edad tiene ella, 15? -No, je je, yo tengo 24, y ella 26, pero ya sabes, es una familia muy conservadora, y no debemos vernos mucho sin casarnos. -Oookeeey. -¿Por qué usas ese tono para decir Okey?  -No, por nada -Vamos, dime -Es solo que supongo que si no los dejan verse frecuente, no los dejaran verse a solas. -No, si, nos vemos a solas, bueno, de algún modo, cuando ella y yo salimos solos, vamos solos, pero debe llamar a sus padres cada hora. -Uy, hum, okey. -De nuevo ese tono, me empiezas a molestar -No, por favor, no te ofendas, es que es incomodo sostener una relación así. Debes quererla mucho, ¿Cuánto tiempo llevan? -Realmente poco, apenas dos meses. -Ah, entiendo, están empezando, hum bueno, almenos la pasaras rico, antes de dejarla. -¿Qué, dejarla?, no, se supone que nos vamos a casar. -¿En serio? Dice esto mientras abre la boca, echa su cuerpo hacia adelante y sube los ojos. -Si, ¿Por qué? -Seguramente eres virgen. -¿Qué?, no, para nada, ¿Por qué lo preguntas? ¿Y por qué te estoy respondiendo este tipo de cosas? -Ay perdón, ¿Te ofendí?, no, de verdad, no es mi intención, es solo que es algo que los adultos maduros hablan, no pensé que te ofendiera. -No, para nada, no me ofendiste, es solo que no sabía que ya teníamos ese nivel de confianza. -Ah no, conmigo fresco, yo hablo a calzón quitao’ … y con calzón también ja ja ja. -je je, la cosa es que quiero hacer las cosas bien esta vez. -¿Las cosas bien? Me mira y sube las cejas, mientras saca una mano para hacerle la parada al bus. -Es una larga historia. -Ok, me la cuentas mañana. -O quizás ahora, ¿Hasta donde vas? -¿Por qué la pregunta? -Porque también debo tomar esta ruta de bus. Sonrío a la mitad, y debo reconocer que me agrada su compañía, es alegre, relajada y un poco picante, quiero conocerla mejor.
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