89. ANHELOS QUEBRADOS

1875 Words
Livi —¡No puedo creer que me hayas hecho correr solo por eso! —En serio eres la mejor. —¡Y tú eres un descarado! ¿Cómo pudiste llamarme diciendo que era una emergencia con Benji y en cuanto llego te largas a tener sexo? —Tranquila nena, realmente era una emergencia porque Raquel se iría dentro de poco y en lo que nosotros estuvimos en los vestidores, tú te hiciste cargo del papeleo restante —responde como si nada con su tonta sonrisa de conquistador. —Te juro que me la pagas. No quiero que vuelvas a hacerlo Oz, sabes perfectamente que Benji es importante para mí y no debes jugar con él de esa manera, menos si se trata de su salud. Pese a estar con una furia de los mil demonios, Oz cambia su semblante de picaflor a uno más comprensivo, quizás agradecido, no sé, pero mira a Benji con mucho amor y rodea mis hombros con su brazo dejando un beso en mi sien que en el fondo me hace sentir bien, pero no se lo demuestro, no pienso caer en esa trampa de él y dejarlo ganar como siempre. —Sabes que te valoro mucho y aun más por amar como amas a mi hijo, también sé que no debí ocultarte mis intenciones, pero igual te agradezco por ir —su voz es suave. —Oz, es en serio, no quiero que vuelvas a hacerlo. —De acuerdo, la próxima vez te diré que es por sexo ¿Te puedes calmar ahora? —contestó resignado. Abracé a Benji esquivándole la mirada a Oz y viendo por la ventana de la sala hacia la nada. Realmente estaba muy enojada con él, no tengo problema que tenga sus andanzas aun a costillas de su hijo, pero que juegue con su salud preocupándome de esa forma no es la manera correcta. Él, en un intento por eliminar mi rabia, acuesta su cabeza en mi hombro dejando besos en la mano de Benji quien abraza mi cuello y deposita otros besos en mi mejilla, sabe que es mi debilidad al ponerse en esa actitud porque realmente me conmueve al verlo tan frágil junto a su hijo, pero tengo que ser fuerte o seguirá haciendo esas tonterías. —No pienses que esta vez te la dejaré pasar porque en verdad no lo haré —hablé firme, pero suave para no asustar otra vez a Benji. —Lo siento Livi, solo quería un momento para relajarme después de estos días tan estresantes. Genial, ahora usa esa táctica… Hay veces en que no logro saber si está actuando o no y su voz tan lastimera siempre me confunde, al comienzo caía enseguida, pero ahora me lo pienso dos veces tras descubrir hace unos meses que en ocasiones solo es una artimaña para envolverme en su red, haciendo que dejara de reclamarle. —Solo dime una cosa —hablé luego de un silencioso tiempo sin apartar la vista de la ventana. —¿Realmente Benji está bien? —Es un proceso largo y lo sabes, pero al menos logramos hacer un avance con este nuevo medicamento. —¿Y ahora qué sigue? —Suministrar pequeñas dosis, continuar con los exámenes y la investigación, lo mismo prácticamente. —Comprendo… —murmuré. —¿Qué pasa nena? Sé que estás enojada por lo que hice, pero algo más te estás callando. Tampoco podía negar el hecho de que él sabía reconocer varias cosas en mí, sin duda alguna vivir juntos y el que llegase Benji a nuestras vidas nos hizo muy cercanos. —Sé que todo tiene su tiempo, así como también sé que Borson y tú están haciendo todo lo posible por avanzar, pero en ocasiones siento que no pasa nada, que solo sigue el tiempo y Benji no parece recibir un mejor panorama. —Yo también pienso lo mismo muchas veces hasta que pasan las semanas y me doy cuenta que sí hay avances positivos, que Travis está mejorando, pero también me mortifica saber que en realidad no le estamos dando una solución a sus problemas, sino que aplazamos lo indeseable. Besé la cabellera de mi niño con suma delicadeza y luego me perdí en la profunda mirada llena de tristeza y frustración cargada en su padre. Esto no era una actuación, esta confesión era sincera. —No te rindas Oz, pase lo que pase no te rindas nunca con Benji y no lo digo solo por su salud, lo digo por su crianza, por el amor que crees que no le das, pero que en realidad sí le brindas cada día de muchas formas. —Nena… —No quiero una negativa ni una excusa como siempre de tu parte Oz, confío en ti y estás haciendo un buen trabajo, sé que de alguna forma tomas ventaja porque Benji está pequeño y no recordará tus episodios de locura, pero eventualmente lo hará y deberás explicarle la verdad. —Livi… si te digo esto, no quiero que me reclames, solo es un pensamiento que viene en ocasiones —dice con un mar de tristeza, duda y confusión en su faz y se acuesta en el sofá dejando su cabeza en mis piernas. —En ocasiones he querido dar con una cura rápidamente para Travis antes de que crezca más y poder darle la familia que se merece. Sentí mi corazón perderse en el horrible vacío que se generó en mi estómago ante esa idea tan horripilante. —Dime que solo es uno de tus pensamientos fugaces y no lo harías en realidad —mis palabras eran un ruego cuya esperanza él desvanecía al esquivarme la mirada. —Oz… dímelo… —Quiero a mi hijo Livi, aun cuando no sepa bien qué es eso, pero sé que daría mi vida por él y si logro curarlo… quizás… Las lágrimas en ambos fueron inevitables al quebrarse su voz con ese “quizás” que maldije profundamente. —¿Cómo puedes pensar en una vida sin él? ¿Cómo vas a dejarnos sin su compañía después de todo lo que hemos pasado? ¿Acaso crees que Benji no sufrirá estando lejos de nosotros? —Está muy pequeño, si encuentro una familia que pueda adoptarlo y darle todo lo necesario, entonces estará mucho mejor, porque a mi lado solo tendrá confusión, dolor y deberá lidiar con mi maldito problema cuando él no se lo merece. —Él merece una familia y nosotros somos esa familia, ¡no puedes hacernos eso! Debí controlarme rápidamente al sentir que Benji se removió un poco en mi hombro, no quería que nos viera llorar, no quería que siguiera pasando por un mal momento después de estar cuatro días en el hospital. —Livi… —Te juro que si alejas a Benji de nosotros en verdad te odiaré con todo mi corazón. No soporté más y llevé a mi niño a mi alcoba, necesitaba descansar apropiadamente y yo sacar este dolor tanto como me fuese posible, pero sin alejarlo de mí y menos después de escuchar a Oz. Tras llorar cerca de una hora con Benji durmiendo tranquilamente a mi lado, sentí el colchón hundirse detrás de mí llegando a despertarme de un sueño fugaz, era Oz, me abrazó por completo desde atrás cubriendo también a su hijo con su mano, envolviéndonos con cariño o dolor, no lo sé porque no quise verlo, no soportaba hacerlo solo de recordar nuevamente lo que dijo. —Por eso no sabía si decírtelo y aun cuando te pedí que no me reclamaras, lo hiciste —sufría, en verdad sufría. —¿Cómo esperas que reaccione si eso pasó de ser un simple pensamiento a algo que ha sido detallado con detenimiento? —Lo sé y así mismo ha sido, sin embargo, no puedo hacerlo, en el fondo sé que es lo mejor para él pero no quiero alejarlo de nosotros… de mí, aunque no entiendo bien el motivo. —Eso es porque no lo quieres, lo amas que es diferente, sabes y reconoces en todos los sentidos que él es tuyo, es tu hijo, tu sangre, tu mundo, tu razón de ser y no debe estar lejos de ti. —Pero es egoísta de mi parte hacerlo pasar por el suplicio de mi condición, él no merece esa vida, yo la padecí y fue lo peor. Tomé un fuerte impulso quedando bocarriba para evitar darle la espalda a Benji, pero mis ojos admiraban con firmeza los de Oz que estaban enrojecidos y un poco inflamados, seguramente también estuvo llorando. —No compares tu vida con la suya, tú no tuviste a nadie que te diera amor, cariño, comprensión, protección, respeto, pero Benji sí tiene a muchas personas dispuestas a darle eso y más, porque es lo único que ha recibido desde que supimos que vendría al mundo. —No quiero que sufra por mi culpa. —Sufrirá si lo alejas, así como también te arrepentirás con todo tu ser si cometes esa infamia. —Mi hijo merece lo mejor, Livi. —Nosotros somos lo mejor para él, tú eres el mejor padre que tendrá jamás y eso nada ni nadie lo cambiará, con tus voces, con tu locura, con lo que sea; Benji te amará porque tú lo amas y siempre darás todo por él. Intentaba contener sus lágrimas tanto como le era posible, pero entre más nos divisaba a Benji y a mí, más parecía quebrarse por dentro hasta que no pudo soportarlo más y me miró con una inmensa súplica silenciosa. —Livi… ¿podría… podría dormir con ustedes? —preguntó temeroso. —Solo si me prometes que dejarás de pensar en esa estupidez. —Es inevitable considerando las voces de mi cabeza. —No me hagas convertirme en tu mayor pesadilla y la de ellas porque soy capaz de hacerlo. Ladeando una triste sonrisa, acuesta su cabeza en mi pecho abrazándome con fuerza, como aferrándose a la última cuerda frente a él y luego toma la mano de Benji acariciándola lentamente. Estos actos de él a veces son incomprensibles para mí y al mismo tiempo siento que los entiendo, es confuso, pero así ocurre, Oz se aleja de todos y todo, se pierda en la nada misma ahogándose con sus demonios y a la vez nos grita desde lejos que no lo abandonemos. Por lo que me contaron Isma y Marc hace mucho tiempo, él solía perderse de ellos regresando en ocasiones muy lastimado, a veces les explicaba cómo se lastimaba y en otras guardaba silencio. Creo que en medio de todo él sí desea una vida como la de todos y aun cuando sea mentalmente inestable, anhela saber lo que es el amor, sentirlo, darlo, recibirlo, saber que alguien en verdad se sacrificará por él tanto como él se sacrifica ahora mismo por su hijo. Quizás sea una idea utópica para Oz, pero quiero creer desde el fondo de mi corazón que sí existe alguien que pueda amarlo con su locura y su oscuridad, alguien que sea feliz con sus voces y sus demonios sin temor a estar con ellos, porque no buscará eliminarlos ni cambiar a Oz, por el contrario, caminará el mismo sendero oscuro para llevarlo a la luz que tanto anhela ver.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD