CAP 2

1671 Words
Y cuando ya estaba decidida para empezar de cero apareció él revolviendo todas mis esperanzas que se fueron a la mierda. El universo estaba en mi contra. Todos me quedaron observando esperando una reacción mía pero solo me hice aun lado sin decir una sola palabra porque ni yo sabia que decir.  Me senté en el sillón aun algo anonadada, mire como saludaban y abrazaban a Daniel, había cambiado mucho desde la ultima vez que lo vi. Tenia un gran parecido al tío Luke era realmente guapo y esos hermosos ojos. Sacudí mi cabeza para no pensar mas en él. —Fueron unos largos años Daniel ¿Cómo te ha ido? —preguntó mi padre. —Aprendí muchas cosas y me fue bien en los estudios. El ambiente era muy bueno tío. —respondió con una sonrisa. Tocaron la puerta y me dirigí a abrirla, era la tía valentina y el tío Liam junto a Gaby, que por cierto es mi mejor amiga y prima. El tío Liam no ha cambiado nada a pesar de los años ha sabido mantener esa belleza y sobre todo su gran cariño a nuestra familia.  Gabriela se fue a la cocina y aproveche a seguirla, mientras Mateo y Daniel conversaban.  —¿Tú sabías que vendría Daniel? —le pregunté y la mire fijamente, ella trago saliva.  —Si...— hizo una pausa y continuo. —Pero fue culpa de Daniel, él me pidió de que no te dijera nada. Lo siento —Maldito Daniel —susurre con cólera. —¿Alguien mencionó mi nombre? —dijo Daniel detrás de mi haciendo que mi piel se erizara del miedo. Gabriela inmediatamente se hizo aun lado. —No nada Primo, todo esta bien —respondió Gaby mientras tomaba un vaso de agua y luego salió de la cocina. —Y no piensas decirme nada Emma —se dirigió a mi. Tenía un millón de preguntas pero no era el momento.  —¿Yo? —lo mire confundida.  —Hay alguien mas aquí que se llame Emma —dijo sarcásticamente pero tenia razón era la única estúpida parada frente a él que se llamaba Emma.  —Un gusto volverte a ver Primo querido —fue lo único que se me ocurrió decir y se acerco a mi acorralándome contra la pared.  —Lose querida prima, lo pude notar en tu mirada. Cambiaste mucho y veo que te crecieron más los pechos —sonrío con una mirada pícara. Lo aparte de mi enojada por su comentario estúpido.  —¡Eres un idiota Daniel! —lo golpee en su estomago y se retorció de dolor. —Espero no vuelvas a decir algo estúpido o te daré otra paliza.  Salí de la cocina enojada y me senté al lado de Gabriela. Todos seguían conversando como si no se hubieran visto en años, Daniel no dejaba de fulminarme con la mirada por lo que le hice Es un idiota] pensé. La verdad estaba muy incomoda aquí y decidí ir al patio trasero de la casa.  Este patio me traía muchos recuerdos buenos y malos, había pasado cuatro años desde que él se fue y aun seguía con estos sentimientos jodidos. Estaba mal sentir esto por mi primo pero lo que paso sin querer se convirtió en un gran historia pasada la cual debo finalizar. Sentí un poco de frió y cruze mis brazos para ganar un poco de calor.  —Deberías entrar —me aconsejo Daniel pero lo ignore seguía enojada con él. —No podrás evitarme Emma no te dejare en paz —susurro en mi oído, puso su chaqueta en mi espalda cubriéndome del frío y se fue.  Si tan solo él no me confundiera todo sería más fácil para mi, debía olvidar estos sentimientos es mi primo no podemos llegar a más. Luego de unos minutos entre a la casa, todos ya se estaban yendo.  Me despedí de mis tíos sin embargo no pude despedirme de Daniel ya que no estaba.  —¿Y Daniel? —pregunté —Esta en su habitación, sube y despídete —me dijo mi tía. Dude en subir por unos segundos pero debía superarlo es solo mi primo.  Toque su puerta, nadie respondía así que decidí entrar. Su cuarto tenia su aroma y seguía igual, no había cambiado en nada. Observe algunas fotos que teníamos de pequeños. Cuando escuche que abrían la puerta me gire rápidamente.  —Emma ¿Qué haces aquí? —dijo Daniel que tenia envuelto una toalla en su cintura y dejando al descubierto su abdomen.  —Yo...solo vine a despedirme —tartamudee. Me quede observándolo ya que algo me llamo mucho la atención, llevaba puesto aquel collar que le regale hace años recordando nuestro primer beso aquel que inicio estos sentimientos.  —Si sigues mirándome de esa forma no me aguantare —dijo acercándose poco a poco.  —Daniel detente o no responderé —dije nerviosa —Claro que no lo harás pero extraño mucho hacer esto —dijo seductoramente y sin mas que decir me beso, después de tanto tiempo volví a sentir esos suaves labios que se habían vuelto mi droga.  Pensé en detenerme pero lo estaba disfrutando, sus manos recorrieron mi cuerpo con desesperación. Mi mente estaba en otro mundo había perdido mis cinco sentidos y me deje llevar por el deseo. Nos separamos por falta de aire. —¡Esto esta mal! —le dije alejándome de él.  —No puedo contenerme al verte —respondió revolviendo su cabello.  —Debemos terminar con este juego de niños —soné firme. —Dañaríamos a nuestras familias por un simple capricho.  —¿Juego? ¿Capricho? —preguntó irónicamente —Lo que siento por ti no es un capricho ni un juego Emma —me señalo el collar, era símbolo de nuestro cariño. —No Daniel, esto no puede seguir —agache la cabeza no podía mirarlo.  —¿Tienes a alguien más en tú vida? Veo que no perdiste el tiempo en mi ausencia —lo dijo con mucho sarcasmo —Hablas en serio —trate de no perder la calma pero no podía aguantar este sentimiento guardado. —Sabes cuanto llore por tu partida, sabes lo que sufrí al saber que te fuiste sin darme una puta razón y piensas que te esperaría mientras eras feliz en otro país —le dedique una sonrisa falsa —¿Porqué te fuiste? —No tengo que darte explicaciones —cruzo los brazos y me dio la espalda.  —Creo que eso es todo —antes de salir de su habitación me voltee y lo mire fijamente —Espero que esto no se vuelva a repetir. Buenas noches Primo  Llegue a mi casa y me encerré en mi habitación. No quise torturarme pero daré vuelta a la página y olvidaré a Daniel. [A LA MAÑANA SIGUIENTE] Me desperté por unos malditos ruidos que provenían del imbécil de mi hermano. De mala gana de levanté y me dirigí a su cuarto, gire la manija con fuerza. —¡Imbécil puedes dejar de hacer ruido! —grité. Mis ojos se abrieron como plato. —Buenos días Emma —saludo Aarón sonriendo. —Perdón por el ruido —dijo tímido. Me di media vuelta y corrí a mi habitación seguidamente me mire al espejo, quedé horrorizada al verme despeinada y con baba en la cara 《Mierda Aarón me vio así hecha un desastre》 golpee mi frente. Tomé una ducha veloz y me puse un vestido azul que era cómodo y corto. Baje a la cocina dónde se encontraban ellos. —Buenos días —saludé —Hasta usando maquillaje te vez fea —comentó mi lindo hermano. —Sino quieres una paliza mejor quédate callado —lo miré. Rodó los ojos y se fue de la cocina. —Estas hermosa Emma —dijo Aarón rascándose la nuca, noté su nerviosismo. —Gracias Aarón, me alegra que pienses eso —sonreí. Le invité una taza de café mientras conversábamos de películas de terror y nos reíamos de sus anécdotas. —Pronto cumplirás 17 años —dijo sonando animado. —No es la gran cosa —respondí sin ganas. —Claro que lo es. Entras a una nueva etapa —se acercó a mi y tomo mis manos. —Eres muy especial para mí —lo dijo sin dejar de mirarme. Mis mejillas de tornaron rojas por su comentario. —Sólo te pido una oportunidad Emma —me pidió. No estaba segura pero igual acepte darle una oportunidad. —Esta bien Aarón —respondí, él se levantó emocionado y me cargo dándome vueltas. Fuimos interrumpidos por una tos falsa, inmediatamente Aarón me bajo. —¿Interrumpo algo? —dijo Daniel frunciendo el ceño. —No lo creo —respondí. —Aarón él es mi primo Daniel—lo presente. Aarón amablemente le quiso dar la mano pero Daniel lo ignoró por completo y salió de la cocina. —Parece que no le caigo bien a tu primo —dijo Aarón algo triste. —Es un idiota —le dije y lo abrace. Lastimosamente se tuvo que ir. Subí a mi habitación y me lance en mi cama feliz. —Así que ese imbécil es tu novio —dijo Daniel entrando a mi habitación. —Eso no es asunto tuyo —respondí. —Así que por favor lárgate de mi habitación —le indiqué. —Claro que es asunto mío —dijo fastidiado. —¿Porqué? —pregunté incrédula. —Porque me importas Emma, no soportó verte con otro —mi corazón latió a mil. ¿Él estaba celoso? O era mi imaginación. —¿Estás celoso...? —soné ridícula al decirle pero su respuesta fue inesperada. Se lanzo encima mío quedando frente a frente. Su aroma era tan adictivo. —¡Si lo estoy Emma! ¡Eres mía! —su mirada bajo a mis labios y luego los unió en un profundo beso. —Te extrañe Emma —susurró entre mis labios. Era lo único que quise escuchar después de mucho tiempo.
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