**SERAPHINA** Avanzo. No como quien camina, sino como quien ocupa un territorio que le pertenece. Noto cómo las miradas se clavan en mi espalda descubierta, en el fluir del vestido azul noche. Susurros. Alguien dice mi nombre. Una cámara del celular de alguien brilla como una luciérrnaga indiscreta. Pero todo eso es ruido de fondo. Solo importa él. Cuando estoy a tres metros de distancia, alza la vista. Sus ojos —verdes como bosques húmedos— se abren levemente. No sonríe. No frunce el ceño. Solo… observa. Como si acabara de resolver un problema que lo tenía ocupado hace tiempo. —Seraphina —dice. Mi nombre en sus labios suena distinto. Más real. —Sterling. Pensé que no vendrías a estos eventos. —Solo vine por el whisky decente —responde, pero su mirada recorre mi vestido de arriba aba

