Llegada la fresca mañana, donde el canto de los pájaros se podía escuchar entrando por la ventana, seguido de un radiante sol que iluminaba toda la habitación, la brisa que batía las cortinas y se paseaba por el lugar, acompañada por un suave aroma a rocío.
EL clima era perfecto.
Elina se despertó sonriendo por la frescura del día y su delicioso aroma, luego recordó todo lo sucedido la noche anterior, no pudo evitar sentirse avergonzada de solo imaginarlo.
De inmediato volteo a su lado buscando a Kaidan y se percató de que el hombre no se encontraba allí, además su cuerpo se encontraba limpio y su ropa puesta, como si nunca la hubieran quitado.
¿Tal vez había soñado todo lo que sucedió la noche anterior?
No pudo dejar de sentir un vacío en su interior, lleno de inquietudes y melan
