Durante toda la noche Elina no logro dormir ni por medio segundo, una inquietud que corría por su cuerpo no la dejaba tranquila, todo desde que llego la nueva visita al castillo.
Llegada la mañana con el cuerpo adolorido por no haber descansado se levantó de la cama y se arregló y bajo al comedor a desayunar, donde ya se encontraba en la mesa la mujer que no dejaba de molestar los pensamientos de Elina.
AL verla un sentimiento inesperado la invadía, una vibra que subía desde sus pies hasta su cabeza, no sabía que era, pero si podía saber que no la quería cerca y menos de Kaidan.
- Buenos días – le dice Elina de forma educada mientras se sienta a la mesa
La mujer no le respondió, aunque para Elina no era importante su respuesta, solo actuaba según lo debido y aprendido, ya qu
