El día en el campo estaba yendo de forma maravillosa, Elina sonreía son parar maravillada con las flores, sus formas y hermosos colores, que la rodeaban a donde quiera que mirara. Sintiendo la suave y fresca brisa envolver su cuerpo, batiendo su cabello a placer y su vestido. - Es bueno que te gustara el venir aquí – le dice Kaidan sonriendo al ver a la mujer tan contenta. - Si –le responde sin parar de girar entre las flores – gusta – le dice alegre. De esa forma pasaron las horas, hasta que Elina comenzó a sentir la urgencia de su estómago. - Kaidan, Hambre – le dice tocando su barriga. - Oh, ¿ya tienes hambre? – le dice Se levanta de la sombra que le proporcionaba un árbol que se encontraba muy cerca de las flores –ven, vamos a comer – le dic

