7 de Julio de 1810, Herefordshire. Se avecinaba el gran día, el día de su boda con el Marqués de Wrightwood. El breve cortejo estaba llegando a su fin y Cassandra estaba cada vez más nerviosa y feliz. Feliz porque fueron las mejores dos semanas que había pasado, y tenía fe que de esa manera sería su matrimonio. El marqués, como ella supuso, la fue a visitar cada día. Durante su reposo de cuatro días él se mostró preocupado y las acompañaba a ella y a su madre a tomar el té junto a su hermano, Lord Matthew Campbell. Cassandra era consciente que tras tomar el té los caballeros no suelen pasar mayor rato en compañía de las damas, pero ambos lo hacían, se quedaban durante una hora más, y en una ocasión su madre los invitó a cenar y ellos aceptaron gustosamente. Se encontrab

