Amir decidió llevarnos a un lugar muy tranquilo y alejado de Estambul, necesitábamos privacidad. Gabriel estaba tan callado, algo que era muy raro en el, pero decidí darle su espacio. - Niños necesito darles una noticia – Amir tomó mi mano y la besó - ¿Te casarás con …? – se quedó callado Gabriel - Quiero pedirles la mano de su madre – los dos niños se miraron - Solo quiero que me prometas una cosa, no quiero que la hagas llorar – sus palabras me sorprendieron bastante, sé que Gabriel estaba hablando muy en serio - te prometo que a mi lado estarán bien y nunca les faltará nada, además llevarán mi apellido y serán reconocidos como mis hijos Marie no dudó ni un segundo en abrazar a Amir, no tardó mucho en unirse al abrazo Gabriel. El nervio