Ya había pasado una semana desde que llegamos a Estambul y nos estábamos adaptando a la nueva vida, al principio se nos complicó demasiado, había en ocasiones que nos perdíamos, pero la misma gente nos ayudaba a llegar a nuestro destino.
Tanto Marie y Gabriel les entusiasmaba demasiado la escuela, fuimos a conocerla y es totalmente diferente, incluso los uniformes eran mucho más bonitos que de otras escuelas.
- Por favor niños diviértanse y hagan muchos amigos
- ¡si tía! – abrazo a los dos enanos y me despido de ellos
Era también mi primer día de trabajo, Erdoğan era quién estaría a mi disposición al igual que su esposa Ayla. Ellos son quienes se encargan de enseñarnos turco, algo que se nos ha complicado a los tres, pero aun así no nos damos por vencidos
- Bien señora, estaré de regreso por usted a las 6 y no se preocupe mi esposa Ayla irá por los niños a la escuela
- Muchas gracias Erdoğan
El edificio de Yildirim es increíble, no tan lujoso como el de Londres, pero este tiene algo que me llama mucho la atención. Me reciben alegremente y me ofrecen café
- Bienvenida Jazmín – es Göksel – ya te estábamos esperando
- Muchas gracias Göksel
- ¿Qué te ha parecido Estambul?
- Es mágico, me he enamorado – sonríe Göksel
- Estoy segura de que aquí conocerás a tu futuro marido
No respondí a ese comentario, solamente sonreí. Desde que se fue Steve no volví a salir con alguien más. Sabía a la perfección que esa relación no iba a funcionar, pero siempre me hice a la idea de que si o que quizá cambiaría.
Todo el personal me dio una maravillosa bienvenida. Me presentaron a Dilay quién será mi asistente y me ayudará con todas mis funciones. Le agradecí demasiado
- No se preocupe señora, para eso estoy
- Serás mi salvación
Parte de la mañana estuvimos revisando demasiado papeleo, hay demasiadas demoras en los contratos y pagos, así que comencé a hacer un inventario rápido y hacer análisis para estar al corriente.
Seguía tan concentrada con todo el papeleo que había olvidado salir a almorzar
- Señora, disculpe – me interrumpe Dilay
- ¿Qué pasa Dilay?
- Le he traído su almuerzo, espero le guste – trae una bandeja con platillos que se ven extremadamente deliciosos
- Vuelves a salvarme, gracias
Acomoda todo en la mesilla y me sirve un poco de agua. Me quedo pensando un rato, hace tiempo que no salgo a tomar una copa, pero aquí no conozco a nadie y me da un poco de temor que me pueda pasar algo.
Jamás fue un impedimento, así que busco lugares, un bar quizá, pero en eso suena mi celular y me sorprendo al ver el nombre de Steve
- Hola, Steve
- Hola, preciosa estoy por llegar a tu casa. Necesito verte
Siempre era lo mismo, me llamaba para tener sexo, estaba un rato, jugaba con los niños y después se iba
- Lamento informarte que ya no vivo ahí
- ¿Qué? ¿Ahora dónde estás? Puedo ir a verte
- Tendrías que tomar un vuelo
- ¿Un vuelo? – repite
- Sí, estoy trabajando en Estambul
- ¿Cuándo pensabas en decírmelo?
Me froto la sien y trato de respirar
- Te recuerdo que tú te fuiste muy sincero al decirme que esto solo es sexo Steve
- Yo – se queda callado – si, lo sé
- Bueno tengo que irme – finalicé la llamada
¿Qué demonios había sido eso?, ahora resulta que debo informar todo lo que haga o no haga, será un idiota.
Para haber sido mi primer día no fue tan malo. Me despedí de todos y ya me esperaba Erdoğan. Era un alivio estar demasiado cerca de casa, Ahora tengo demasiado tiempo de sobra, pero lo aprovecho para mis clases de idioma y de Análisis financiero, que me frustra demasiado.