Diana

794 Words
El bullicio, los flashes y la gran cantidad de gente me agobian. Aunque hemos intentado salir por el lugar más discreto, el aeropuerto está a rebosar de paparazis, periodistas y fanáticos que nos rodean e intentan tocarnos, sacarnos fotos y hablarnos. Mi corazón se acelera, de la mala manera, y Tom sujeta fuertemente mi mano. Se coloca tras de mi para protegerme, mientras que Martin y Zendaya van delante mío, abriendo el paso. Un grupo de chicas me mira de mala gana y mueven sus bocas. Probablemente gritan algo, pero no escucho anda entre tantos gritos. Los guardias de Tom, junto con los del aeropuerto, hacen lo que pueden, pero es imposible abrirnos paso entre este mar de gente. Cuando finalmente salimos del aeropuerto y llegamos al coche, siento como si hubiésemos nacido después de un largo parto, prácticamente salimos a presión del lugar. Alguien sube mi maleta, y nosotros subimos. Recién sentada me doy cuenta de que estamos en una limusina. Tom me soba la mano y me sonríe, infundiéndome ánimos. -Eso ha estado de locos-dice Martin. -Y que lo digas-dice Zendaya, echándose aire con la mano. Suspiro aliviada de estar a salvo y me apoyo en el hombro de Tom y cierro los ojos. Comenzamos a avanzar y salimos del aeropuerto, no sin algunos gritos de afuera y golpes en nuestras ventanas. -¿No te pondrás a dormir? Has dormido todo el viaje-dice Martin, reprochándome. Abro los ojos y lo miro de mala gana. -Cállate-le espeto, haciendo reír a Tom y Zendaya. -¿Por qué has dormido tanto?-pregunta Tom. Me enderezo y lo miro. -La enfermera me ha tenido despierta casi toda la noche en el turno. Debí dormir tan solo un par de horas. Me odia-digo, y hago un puchero. Él se ríe y coloca un mechón que se ha soltado de mi trenza detrás de mi oreja. -Es imposible odiarte. -Díselo a ella-le digo. Me da un corto beso en los labios y luego coloca su brazo sobre mis hombros, acurrucándome contra él. -Tenemos unos días para relajarnos. Mis hermanos y Hazza nos esperan en el hotel. Y digamos que te tengo una pequeña sorpresa-dice. Ruedo los ojos, aunque no me puede ver. -Más de tus sorpresas. Ya se lo del vestido-le digo. -No es eso-sentencia. -Esta sorpresa es para los dos, en realidad-dice Zendaya, que va tomada de la mano con mi mejor amigo. Con Martin nos damos una mirada significativa. -No sé si tener miedo o estar ansioso-dice Martin. -¿Nos vas a decir quien muere en la película?-pregunto. -¿Quién dijo que alguien muere?-pregunta él. Zendaya se ríe. -Es obvio-decimos Martin y yo al mismo tiempo. -No diré nada de la película-dice. -Que no nos hayas dicho ya-digo. -Recuerda que nos hablaste de Spiderman en otro planeta, junto con Dr Strange y Ironman-continua Martin. -Y que te encuentras con los guardianes de la galaxia-agrego. -Demonios Tom, ¿es que no sabes cerrar la boca?-pregunta Zendaya. Martin y yo reímos a carcajadas. -No fue con querer-dice defendiéndose. -Spoilerman-susurro, pero me escucha y me hace cosquillas en mis costillas. Me remuevo y coloco mi mano en su cabello, despeinándolo. La limusina hace un giro brusco y topa con algo por el costado izquierdo, en el que voy yo. Me afirmo al asiento y miro por la ventana polarizada. -¿Qué fue eso?-pregunta Zendaya. -Dios, los paparazis se han vuelto locos-dice Tom mirando hacia atrás. Me volteo, y una fila de coches y motocicletas nos siguen, intentando alcanzarnos y sacarnos una foto. -Están desquiciados-digo, viendo cómo se acercan peligrosamente a la limusina. -¿Hay forma de perderlos?-pregunta Martin. En ese instante, una de las motos nos roza y el coche se balancea, haciéndonos gritar. Tom agarra mi mano y nos miramos preocupados. -No quiero ser como Diana de Gales-susurro. Tom se ríe y toma mi mentón. -Tranquila. Estaremos bien. Mira, han retrocedido, creo que han visto lo riesgosos que estaban siendo-dice. Miramos hacia atrás y tiene razón. Han tomado su distancia. Suspiro aliviada. -Se han excedido-dice Martin. Todos asentimos, concordando. Abrazo a Tom de la cintura y me apoyo en su pecho. Sus brazos me rodean y con su mano acaricia mi espalda. -Respecto a la sorpresa-dice luego de unos minutos en silencio.- Tenemos algo de tiempo, por si quieres dormir. -Quiero darme una ducha-digo, sintiéndome sucia. -Habrá tiempo para eso-dice, y me da un beso en la coronilla. La limusina tarda otros veinte minutos en llegar al hotel. Nos bajamos, afuera hay otros paparazis más, pero mucho menos que en el aeropuerto. Creo que no es el mismo en que nos quedamos cuando nos conocimos. Caminamos por la alfombra color verde, algunas personas que deambulan por el vestíbulo nos miran, pero para nuestra suerte, no dejan entrar a los paparazis. Nos quedamos esperando en el ascensor. Tom me abraza por el costado, y yo me volteo para mirarlo. -¿No te trae recuerdos?-pregunta. Sonrío y asiento. -Muchos. -Espero que buenos-dice, entrecerrando los ojos preocupado. Me rio, me coloco de puntillas y rodeo su cuello con mis brazos. -Muy buenos-susurro, antes de besarlo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD