La tercera n discordia

2080 Words
Despierto cuando noto que Thor está lamiendo mi mano. Abro los ojos lentamente. La luz que se cuela por entre las cortinas indica que recién está amaneciendo. Miro a Thor, me mira fijamente. Quiere salir al baño. Suspiro. Con cuidado de no hacer mucho ruido, me levanto de la cama. Miro a Tom, acostado a mi lado, boca abajo, con su espalda al descubierto. Me acerco al cajón que Tom me ha dejado para guardar mi ropa interior y saco unas bragas y calcetines, después de todo, solo llevaba puesta una sudadera de Tom. Me acerco a la maleta que aún no desempaco y saco un pantalón de buzo ancho color gris. Como no saldré por mucho tiempo, decido no usar sujetador y colocarme un sweater encima. Me hago un moño rápido en el cabello y me coloco unas zapatillas. Salgo en silencio de la habitación, junto a Thor, y cierro la puerta. Solo cinco minutos me digo a mi misma, intentando sobreponerme a lo somnolienta que estoy (además de la gran resaca que tengo). Cojo las llaves y la correa de Thor y salgo con él del departamento. El trayecto en el ascensor me parece eterno, y lucho por mantenerme despierta. Cuando llego abajo, Thor sale corriendo y casi me bota. Olfatea la basura, el piso y finalmente hace pis en un poste de luz. Espero un minuto por si quiere hacer sus necesidades, pero veo que ahora me mira con su expresión de “quiero comida”. Caminamos de vuelta al edificio y subo al ascensor. Mi cabeza duele demasiado. Comienzo a recordar lo que hice anoche, y la culpa hace que me maree. Abro la puerta del departamento y Thor entra corriendo para lanzarse al sillón. Cierro la puerta tras de mí y cuelgo la correa. Me quito las zapatillas, miro a Thor y suelto un bufido. —Tendrás que esperar, ahora yo necesito ir al baño—le digo, aunque sé que no puede entenderme. Camino con paso cansino hacia la habitación. Abro con cuidado la puerta y camino en puntillas. Tom sigue plácidamente dormido, aunque ahora boca arriba completamente desparramado en la cama. Observo su pie sobresalir de la colcha. Me acerco y se lo cubro. Me quito el sweater y lo dejo tirado sobre mi maleta. Entro al baño y cierro. Hago mis necesidades, lavo mis manos y luego me lavo los dientes. Ni siquiera he visto la hora, pero a juzgar por el sol, deben ser las seis de la mañana. Ugh odio las mañanas. Decido que no me vendría mal una hora más de sueño, así que cuando salgo del baño, me quito mi pantalón y rápidamente me acuesto. Cierro los ojos, sintiendo que por fin descansare, cuando siento a Thor rasguñando la puerta. Demonios, pienso. Es un glotón. Me levanto a regañadientes y camino con los ojos cerrados hasta la puerta. Por supuesto, como soy muy idiota, me golpeo con la cómoda y caigo de culo al suelo. Eres tonta, ______ pienso para mis adentros. Cuando caminaba con los ojos cerrados en mi casa, no había problema, porque conocía de memoria mi cuarto, pero este no. Definitivamente el dueño y la resaca no son buena compañía. —¿______?—pregunta Tom, somnoliento. Volteo la cabeza para mirarlo. Se ha sentado y se restriega los ojos con las manos. Cuando los abre, me mira y su expresión cambia de golpe.—Demonios, ______, ¿Qué sucedió? Se levanta de golpe y se acerca para ayudarme a levantarme. ¿Qué genes debo tener para despertar tan jodidamente sexy como él? Lleva sus boxers negros, y me las arreglo para disimuladamente mirarle su trasero. —Choque con la cómoda. Digamos que soy algo torpe cuando tengo sueño—digo, haciéndolo reír. Me ayuda a sentarme al borde de la cama y miro mi pierna izquierda. Thor vuelve a rasguñar y suelta un quejido. —¿Puedes ir a darle comida a Thor? Yo reviso mi pie—le pido a Tom. Él sonríe y se acerca a darme un beso en la frente. —Te traeré algo de hielo—dice, y acto seguido, sale del habitación. Observo como Thor se lanza sobre él, y Tom le hace cariño, intentando caminar. Cuando los pierdo de vista, vuelvo a mirar mi pierna. No tengo nada, pero me he golpeado fuertemente en los dedos de los pies. No creo que sea fractura, ya que no duele tanto. A los pocos minutos Tom vuelve con una bolsa de hielo en la mano. Escucho a Thor comer desaforadamente desde su plato de comida. —¿Cuál es el diagnostico, doctora?—pregunta, sentándose a mi lado y colocando hielo sobre mi pie. Me rio por lo bajo. —Un simple golpe, nada que no tenga arreglo. Excepto por la estupidez—le replico, y nos reímos. —Solo eres distraída—me corrige Tom. Me encojo de hombros.—¿Qué hora es? —Ni idea. Pero me imagino que es temprano—le respondo. —Así parece—dice, mirando hacia la ventana. Luego vuelve sus ojos a mi.—¿Me acompañaras al rodaje hoy? —No sé si sea buena idea—digo con una mueca. —¿Por qué besaste a Hazza?—pregunta, levantando las cejas. Mis mejillas se tornan rojas. —Entre otras cosas—digo, apartando la mirada. —Y Zendaya—agrega él. Mis mejillas van a explotar. Sacudo la cabeza y aprieto los labios. —Tal vez no sea mala idea desaparecer unos días—digo, sin atreverme a mirarlo. —Te dije ayer que no estoy enojado. Es más, creo que te lo demostré—dice, con tono pícaro. Lo miro de reojo, y como si no pudiese estar más sonrojada, siento mis mejillas aun más calientes. Claro que me lo demostró anoche. Dos veces. —Ayer estábamos ebrios—replico. —Cierto—afirma él.—Pero ahora no. Lo miro sin entender, y antes de que pueda decir nada, estampa sus labios en mi boca. Inmediatamente mi cuerpo toma el mando de la situación. Me impulso para sentarme a horcajadas sobre él. Escucho como la bolsa de hielo cae al suelo, pero no me importa. Su boca es como gasolina que enciende el fuego en mí. Su lengua roza la mía, y suelto un jadeo. Sus manos se cuelan por debajo de su sudadera y contactan la piel de mi espalda, haciéndome estremecer. Dios, lo deseo demasiado. Mis manos acarician su tonificado torso, y con delicadeza, le rasguño. Tom recuesta su espalda en la cama, dejándome a mí sobre él, y yo comienzo a atacar su cuello. Comienzo a bajar mis húmedos besos por su clavícula. Sentirlo jadear ante mis besos me hace sentir tan jodidamente poderosa, es como si ahora tuviese el control. Continúo bajando mis besos por esculpido abdomen, cuando el teléfono de Tom suena haciéndonos pegar un salto y golpearnos en la cabeza. —Auch-soltamos al mismo tiempo. Tom se ha golpeado el mentón con mi frente. Me sobo la frente mientras Tom se estira para coger su teléfono. —Es la alarma—dice Tom, y deja el teléfono a un lado. Levanto una ceja y él sonríe al verme.—Hoy no es tu día. —Al parecer no—concuerdo. Se acerca y deposita un pequeño beso en mis labios. Una hora después, estamos en el set de rodaje. Tom desaparece ya que debe ir a maquillarse, por lo que me quedo junto a la mesa del buffet comiendo una rosquilla. —Vaya, vaya. Me sorprende verte sobria—dice una voz masculina a mis espaldas. Volteo y miro a Harrison. Mis mejillas se sonrojan de inmediato. —Hola—le saludo temerosa. El levanta las cejas y se ríe. —Veo que el remordimiento te ha llegado—dice. Se acerca a mí y saca un cupcake. Aparto la mirada y me concentro en mi rosquilla. —Mira, Hazza. Quería disculparme por lo de ayer. Estuvo mal... —______—me interrumpe el. Levanto la cabeza para mirarlo.—Estamos bien. No es necesario que lo hablemos. Lo miro sintiéndome culpable, pero él sonríe como si nada. No lo reconoceré, pero parte de mi estaba preocupada de que Harrison se confundiera, y me alegra ver que, aparentemente, no es así. —Pero si no es Katy Perry—dice Zendaya a mis espaldas. Volteamos a verla y frunzo el ceño, sin entender. —¿Katy Perry?—pregunto sin entender. Zendaya se acerca y me da un corto abrazo. —Ya sabes, “I kissed a girl and I like it”—dice. Harrison suelta una carcajada y yo me sonrojo de sobremanera.—Estoy bromeando. Aunque si deberías hablar con Martin. —Claramente lo estoy evitando—le digo, y sonrío. Solo Zendaya podría hacer sentir como un tema ligero las estupideces que hice anoche. Unas risas captan mi atención y volteo la cabeza. Tom viene entrando junto a Jake. Se ríen a carcajadas y charlan animadamente. Realmente me sorprende la química que tiene con él. —Se llevan muy bien—comento. —Tienen mucha química—dice Zendaya, mirándolos como yo. —Así veo—digo. —No vas a besarlo a él también ahora—Bromea Harrison, y suelta una risita. Zendaya y yo lo miramos, fulminándolo con la mirada. Su sonrisa se desvanece y nos mira asustado.—¿Qué? —Serás idiota—le dice Zendaya, y yo le doy un manotazo en el brazo. —Serás bruto—le digo yo. —Ustedes no son nada amables conmigo—se queja él. —Tu sabes que me encanta verlos a ustedes juntos—comienza a decir Zendaya—pero no puedo negar que los shipeo. —¿Estas de broma?—pregunto yo. Zendaya me mira.—Hasta yo los shipeo. Nos reímos y volvemos a mirar a Tom y Jake, que se acercan a nosotros. Jake nos saluda, y ahora si puedo sentir mis piernas temblar levemente al mirar sus ojos azules. Solo espero que Tom no lo sepa, porque ya la he cagado bastante cuando se supo lo de Chris Evans. —¿De qué se ríen ustedes dos?—pregunta Tom. —Nada—respondemos Zendaya y yo al unísono. —De que tú y Jake hacen mejor pareja que tú y ______—sentencia Harrison. Volvemos a fulminar con la mirada a Harrison. Jake y Tom se ríen. —Bueno, debemos confesarte algo ______—dice Jake.—Ya estamos casados. —Pero tengo autorización para que seas mi amante—me dice Tom. Nos reímos a carcajadas. No estaría nada mal pienso para mis adentros. —Oh, estoy seguro de que ______ no tiene problemas con una relación poliamorosa—dice Harrison. Zendaya y yo volvemos a golpearlo en el brazo. —¡Hazza!—le regañamos ambas. —Auch—dice, sobándose el brazo.—¿Por qué siempre están golpeándome? —Porque hablas antes de pensar las cosas—responde Jake. —No quiero gastar mi cerebro—se defiende él. —Eso requeriría que tuvieses uno—comento. Nos reímos nuevamente. Harrison me mira con odio. —Ya está, me vengare de ti, por todas las venganzas que me has hecho y todo lo demás. No lo vendrás venir—dice Harrison, con un tono que intenta sonar amenazante. —Me gustaría verte intentarlo—digo, cruzándome de brazos y sonriendo con suficiencia. —Hazza, estás loco—le dice Zendaya.—¿Tienes un deseo s*****a o qué? —¿Venganza?—pregunta Jake. —Harrison se burla de ______, y cuando la ha sacado de sus casillas, ella inventa un plan de venganza, maquiavélico. Han sido muy buenos—le explica Zendaya. —Han estado decentes—dice Harrison, restándole importancia. Tom le muestra su teléfono a Jake. —Esta es la primera—dice. Jake abre los ojos como platos y se ríe, viendo lo que supongo es el video de Harrison con sus alas de hada y el tutu bailando. —Estaba ebrio—se defiende Harrison, frunciendo el ceño. —Y esta la segunda—continua Tom. Ahora se escuchan los gritos de Harrison. —Tienes talento—dice Jake, sin dejar de mirar el video. Me rio. —Lo sé. —Tiene una mente retorcida—dice Tom. Levanto las cejas. —Eh ¿gracias?—digo. Tom me mira y sonríe, disculpándose. —Si yo fuera tú, Harrison, no me atrevería a tentar mi suerte—le dice Jake. Harrison se cruza de brazos y sonríe con suficiencia. —Tengo un as bajo la manga. Me ha subestimado, pero su cerebrote jamás podría idear un plan tan brillante como el que tengo en mente—sentencia Harrison. —Lo dudo—dice Tom y Zendaya al unísono. —Gracias por el apoyo, amigos—dice Harrison, mirándolos con ojos entrecerrados. —Intenta todo lo que quieras, debes admitir que en planes malévolos, yo soy la mejor—digo, y sonrío con suficiencia. —Eso es porque has tenido ayuda. Si formáramos equipos, ya no sería tan desigual la competencia—dice Harrison. —Bueno, cuenten conmigo. Soy del equipo de ______—dice Jake. Harrison abre la boca, anonadado, y nosotros nos reímos. —La traición—dice Harrison melodramáticamente, y se toca el pecho. —Estoy seguro que Sam y Harry te ayudaran—le digo. —Oh no, me dijeron que si llegan de nuevo a haber este tipo de problemas, ellos te apoyaban al cien por ciento—me dice Tom. —Ustedes conspiran contra mí—suelta Harrison. Nos reímos. —¿Quién conspira contra ti?—pregunta Jacob. —Hola Jacob—le saludamos. Él nos sonríe. —¡Jacob! Yo sé que tú me ayudaras a vengarme de ______—dice Harrison. Jacob abre los ojos exageradamente y niega con la cabeza. —¿Estás loco? ¿Después de lo que te hizo el año pasado? Es una genial. Es como si Pinky intentara acabar con Cerebro. Yo estoy con el equipo ganador—replica Jacob, haciéndonos reír a los demás. —Realmente creo que deberías abandonar ese plan—le dice Jake a Harrison. —Ya verán—susurra Harrison, y me mira de reojo.—Se arrepentirán de no haberme ayudado. Harrison se da vuelta dramáticamente y se aleja hacia la salida de la tienda. Ruedo los ojos y sonrío. —Que dramático—comenta Harrison. —Sea cual sea su plan, lo decía en serio ______. Cuenta conmigo—me dice Jake. Lo miro y sonrío. —Gracias—le digo. —Oh, conozco esa cara, ya tienes algo en mente—dice Zendaya. Volteo a mirarla y coloco expresión inocente. —No sé de qué hablas—digo, haciéndome la desentendida.
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