Cuando entró Ezequiel le dio un beso a Bel, si fuera cualquier otro hombre se moriría por el atrevimiento, pero no podía sentir celos de Kiel, era imposible. Solo rezaba para que a Belinda no le molestara la proximidad de su hermano. Benjamín no podría elegir entre las dos personas más importantes de su vida. Belinda sacó un brigadeiro de la heladera para revisar el punto, tomó una cucharilla para probar y sintió la mirada de Ezequiel sobre ella. – Yo también quiero brigadeiro, Bel. – Te traeré una cuchara. Soltó una risa divertida. – ¿Puedo? Benjamín guiñó un ojo a su hermano. Belinda se sorprendió cuando Ezequiel la besó, era diferente al otro beso, mas invasivo, la lengua invadía su boca, no era el beso hambriento de Benjamín, pero también era muy bueno. De repente, se dio cuenta

