El día después de eso fue agradable. Bel montó a caballo con los hermanos y luego pasó la tarde en la piscina con las mujeres. La trataban como si fueran una gran familia, aunque toda la idea de un club era extraña, todo ese recibimiento fue bueno.
Llevaba bikini y Ben y Ezequiel no se quejaron, después supo por qué, los únicos hombres que realmente miraban su cuerpo eran los hermanos. Parecía un acuerdo ético entre los hombres y ella se sentía cómoda. Pudo quedarse en la piscina y charlar con las otras mujeres. Hablaba con una chica de 18 años, Lorena era hija de uno de los integrantes. Era bonita y jovial.
– ¿Te casarás con Ben?
Esa pregunta confirmó algo que todavía se sentía como una dulce ilusión.
– Sí. Todavía no hemos fijado una fecha, pero será pronto.
– Es muy serio y cerrado
