Mas cuando Jacob apareció arrastrando a una adolescente, Ezequiel entendió el plan. Era otro intento de convertirlo en alguien igual a él.
– Buenas noches, chicos.
Ninguno de ellos respondió a la provocación de Jacob.
– ¿Qué tipo de madre eres? Usaste la promesa que te hicimos de no dejarte sufrir nunca más para apuñalarnos. Ni siquiera las prostitutas más sucias harían tal cosa.
– Él grabó cada abuso. Solo hice esto para que no difundiera los videos íntimos por ahí.
– Ben. Ella me drogó.
Benjamín miró a la mujer que se suponía que debía amarlos y protegerlos y juró que nunca volvería a bajar la guardia con esa mujer.
– ¿Qué quieres, Jacob?
– Proporcionar un poco de placer. Ya lo he intentado antes, pero no funcionó.
La adolescente levantó la cabeza y vio el pánico y el miedo en l
