Trabajó durante casi tres días sin interrupciones. Tres días de simplemente responder llamadas, programar reuniones y ocuparse de tareas pequeñas y mundanas.
A Mia no le molestaba, especialmente porque Ryan no había vuelto a hacerle ningún avance. Podía considerarlo una victoria. Sin embargo, honestamente, había pensado que tendría más responsabilidades.
Esa misma mañana, se había quejado con Diana, pero su compañera la tranquilizó, asegurándole que todo se aceleraría con el tiempo. El Sr. Steell probablemente solo le estaba dando espacio para que se adaptara antes de asignarle algo importante.
Mia no estaba del todo convencida, pero no insistió. En el fondo, temía que Ryan la estuviera relegando a propósito por haber rechazado su propuesta. Aunque sabía que era poco probable. Él había
