Capítulo 31

2062 Words
Victoire Jussieu Despierto desorientada por un incesante toque en mi puerta, abro los ojos extrañada y me levanto muy rápido pensando que algo malo pudo pasar para que toquen tan abruptamente. Abro la puerta de golpe y casi golpeo a Charles quien parece agitado pero no dice nada, solo examina mi rostro con preocupación. —¿Que pasa?—pregunto mirándolo fastidiada. —Tienes visita—señala con la cabeza el piso de abajo. Suspiro enojada caminando hacia la puerta para matar a quien sea que se atrevió a despertarme después de la horrible noche que tuve pero entonces cuando abro puerta todo mi mal humor se esfuma y la sorpresa me llena por completo. —Buenos días Victoire, siento venir tan temprano—dice y une su mirada con la mía, sonrío levemente haciéndome a un lado y Charles mira con cautela a mi hermano quien pasa con lentitud examinando el lugar. Después de unos minutos Charles se va dejándome con algunos guardias dado que no se confía aún de Sergio, casi ruedo los ojos al ver como les hacía señas. Me muevo con el a mi lado hasta la cocina dado aún sigo con mi pijama, con hambre y sin tener idea de que hablar con el, en primer lugar no se porque vino tan temprano, no se si ocurrió algo y debe hablarlo conmigo. Aunque es poco probable dado que apenas y me conoce, la única que tiene recuerdos y sentimientos latentes soy yo, así que no tiene sentido que haya venido así por así. —¿Viniste para que vayamos a lo de las pruebas?—pregunto y el niega con la cabeza. —Ayer hablé con Claudio. —¿Y el es...?—mi mirada debe decirle todo. —El antiguo líder de la mafia, el me entrenó para ocupar su lugar los últimos cinco años—admite y yo le pido a mi ama de llaves algo para desayunar, le pregunto a el si querrá también y asiente. —¿Que quieres decirme?—cuestiono cansada de las vueltas que da para poder soltar lo que sea que tenga que decirme. —El me contó lo que en realidad pasó cuando perdí la memoria—me quedo sin aire al escucharlo y toda mi atención se centra en el, mis ojos se fijan en los suyos y entiendo lo que esta pasando. —¿Todo?—interrogo y mis ojos se desvían hacia Leonard quien entra justo en ese momento escuchando lo que Sergio dijo. —Todo, sé que eres mi hermana, sin siquiera necesitar una prueba de sangre, sé que tuve un accidente pero estoy dispuesto a recordar, visitar doctores si es necesario, no quiero dejar a mi familia ahora que se que la tengo—menciona y mis ojos se llenan de lagrimas. —Nuestros padres estarán muy felices de volver a verte—el nudo en mi garganta me obliga a callarme pero entonces noto algo extraño en Sergio, su actitud no es del todo contenta. —Ya no soy el líder de la mafia Italiana Victoire, dejé el cargo anoche y no descansarán hasta destruirnos, porque ahora estoy de su lado. Confiesa y sus palabras resuenan en mi mente, mis ojos se mueven hasta Nard quien tomó asiento a mi otro lado, la preocupación en nuestros ojos es notable pero esta vez tenemos algo de nuestro lado, tenemos al estratega, el que sabe todos los secretos de la mafia italiana. Es decir, tenemos al antiguo jefe de nuestros enemigos, no será tan difícil hacerles la guerra en dado caso. —Podemos manejarlo.—afirmo con seguridad, Nard asiente y yo sonrío ampliamente junto a él, ambos sabemos lo importante que significa tener a Sergio de nuestro lado otra vez, porque tenerlo en contra fue un verdadero tormento. Dado que el aprendió mucho en todo el tiempo que pasó con el anterior líder, así que estoy segura que ahora nos será de mucha ayuda, además que mis padres se pondrán como locos al ver a Sergio y saber que ahora estará con nosotros. Es como siempre me dijo mi madre: todas las cosas que pasan en la vida suceden por alguna razón, no hay que refutar nada porque siempre el arcoíris estará esperando después de la tormenta. Eso es lo que estoy comprobando ahora que Sergio ha vuelto, todo está tomando su curso, talvez todo lo que tuvo que pasar para llegar a este momento fue necesario. (...) Al poner los pies en París los nervios comenzaron a aflorar en mi interior, dado que después de tanto tiempo tener a Sergio en las mismas calles donde crecimos a pesar de llenarme de felicidad me inquieta, tenemos muchos enemigos que lo creen muerto, todos se enteraron de su supuesta muerte y ahora también todos sabrán que no murió. Por la simple razón de que volveremos al origen de todo, las carreras. Aunque talvez sea pronto para ello quiero ayudarlo a recordar, hoy tiene una cita con una neuróloga del hospital donde trabajo, aunque yo no sepa mucho acerca de neurología sé que puede ser tratable lo que que sea que le pasó. Estoy consciente que eso fue a causa del accidente y no del disparo por lo que no tengo nada que decir al respecto, desde anoche apenas y he hablado con Nard, no me ha dirigido ni la mirada, ya sea por vergüenza, que lo dudo mucho, o por simple orgullo. Sin embargo no lo entiendo en absoluto, no se si me odia o solo intenta convencerse de que no debe perdonarme todo lo que nos pasó. Porque si, admito que fue mi culpa pero tan siquiera podríamos hablarlo como personas civilizadas, pero no, preferimos amenazarnos como salvajes. No siempre fuimos así, discutíamos, si, pero no pasaba más de media hora para que arreglaramos nuestras diferencias, por eso después de cinco años de completo silencio las palabras valen oro. Porque nadie valora tus palabras hasta que solo hay silencio, o tu presencia hasta que ya no estás. Gran error de las personas, hacer las cosas demasiado tarde, cuando ya no hay tiempo ni de lamentarse porque hay que seguir adelante. Suspiro mirando por la ventana del auto y por primera vez en mucho tiempo en lugar de estacionarnos frente a mi mansión lo hacemos frente a la de mis padres, la cual a diferencia de la mía es más pequeña y modesta, evitando llamar la atención, aunque es un poco difícil considerando nuestro apellido. Miro a Sergio quien hace lo mismo con la casa, la inquietud en el es visible y lo entiendo, no es fácil saber que verás a personas que te quieren sin tu poder recordarlas, decidimos que vendriamos aquí antes de ir a la consulta con la doctora. Salimos del auto junto a Leonard, logan y Charles quienes para mis padres son parte de la familia. Toco el timbre impaciente y dos minutos después mi madre aparece con una sonrisa que se borra al instante al fijarse en Sergio, sus ojos se llenan de lágrimas mientras pasea su mirada por todos nosotros. —Buenos días mamá, ¿Nos dejas pasar?—pregunto con cautela. Ella asiente haciéndose a un lado mientras contiene los sollozos que amenazan con salirse de sus labios. Llegamos a la sala de estar y mi padre aparece también confuso por mi repentina visita, sin embargo todo rastro de duda se esfuma al ver a Sergio, la sorpresa no cabe en su rostro y no puedo evitar sonreír por ello. —Hijo... Susurra mi madre acercándose a él dudosa, el me mira a mi sin saber que hacer y asiento en su dirección pidiéndole que los reciba, esto es demasiado importante para cada uno de nosotros, por lo cual es todo lo que necesitamos. Después de unos minutos mi madre abraza a mi hermano y este la recibe, igual con mi padre, cuando se separan, Sergio los observa compresivo y yo me adelanto para explicarles. —Sergio perdió la memoria, en el accidente, por eso no volvió con nosotros y se unió al enemigo, sin embargo ahora está de nuestro lado—anuncio emocionada, Nard me da una mirada que no sé descifrar pero la ignoro así como el lo ha hecho toda la mañana. —Eso no importa, lo importante es que estás vivo y con nosotros—mi madre limpia sus lagrimas con felicidad pura y puedo escuchar unos pasos provenientes de las escaleras. Las gemelas bajan buscándonos con la mirada y al ver a Sergio fruncen el ceño. —¿Quien es el?—preguntan pero al estar frente a el abren la boca sorprendidas, una sonrisa curva los labios de Danielle, la que era más apegada a nuestro hermano y este ladea la cabeza observandolas. —¿Danielle?—pregunta y yo abro los ojos como platos. ¿La reconoce? ¿La recuerda? —Hermanito. Observo como se lanza a los brazos de Sergio quien la recibe con gusto, por alguna razón la reconoce aunque al resto no, sin embargo me alegro mucho que lo haga, mi hermana sufrió mucho después del accidente. —Tu también estabas en mis recuerdos, no puedo recordar todo pero si pequeños fragmentos. Una sonrisa curva los labios de la rubia quien se separa de él sin saber de que habla. —¿No recuerdas...? —Perdió la memoria con el accidente. Aclaro antes que pueda terminar la pregunta. Me fijo en Camille quien se mantiene callada a un lado de mis padres, algo que me extraña dado que es muy habladora y risueña. —Camille, ¿Recuerdas a Sergio?—pregunto, ellas eran pequeñas pero no tanto como para no hacerlo. —Lo hago—asiente sin más y decido no decir nada más, sé que cada uno tienes sus heridas que sanar, no todos reaccionamos de la misma manera, ellas ahora entienden un poco más de lo que lo hacían hace cinco años, así que puede ser la razón por la cual no quiere siquiera acercarse a Sergio. Yo tampoco lo haría sin saber la historia completa, dado que no es fácil que aparezca de repente una persona que creíste muerta, mucho menos un hermano, hasta yo tendría mis dudas acerca de sus intenciones al volver de repente. Sin embargo al saber todo lo que pasó no me queda ninguna duda de que Sergio volvió para quedarse, sin importar todo lo que haya hecho bajo las órdenes de Claudio para dañarnos, porque es increíble hasta donde puede llegar el orgullo y la competencia. Porque eso es todo lo que pasa, el orgullo herido que tiene Claudio al verse doblegado no lo deja avanzar, ni siquiera mejorar en lo que hace porque quiere ser mejor que nosotros pero sin mover un solo dedo en el proceso, todo lo que hemos pasado hasta ahora nos ha hecho las personas que ahora somos, no somos el numero uno por arte de magia, todo fue con esfuerzo, sudor y lagrimas, algo que nadie comprende, es que todos tenemos camino que recorrer, no hay forma de saltarse el aprendizaje, ni los golpes que da la vida para que aprendamos a dirigirnos. Es por ello que al salir de la casa de mis padres con dirección a la mía solo pienso en este reencuentro, ni siquiera el tema de Nard resuena tanto en mi mente como la reacción de mis padres y hermanas al ver a Sergio, la individualidad y personalidad de cada uno se mostró en sus reacciones al verlo y no puedo estar más feliz porque lo hayan hecho, después de tanto tiempo mi hermano ha vuelto a las calles, ha vuelto a donde pertenece y sé que de ahora en adelante así como recuerda a Danielle empezará a recordarnos a todos. Pero todo iniciará en la pista de carreras, el lugar donde comenzó nuestra vida en la mafia, nuestro aprendizaje y nuestro mayor vinculo, porque allí conocimos a Nard, logan y Charles, quienes se volvieron parte de la familia. Se que sin ellos las cosas hubieran sido muy diferentes, seguramente no hubiera podido superar el accidente, mucho menos el regreso de Sergio, porque todo hubiera sido como una bomba de tiempo, explotando justo en mi cara en el momento en el que menos lo esperaba, sin embargo ahora que todo está en su lugar, se que podemos con todo.
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