Victoire Jussieu
Unos nervios que no reconozco llenan mi cuerpo por completo, las manos de Nard permanecen sobre mi cintura a pesar de que intento alejarme del enojo que siento, no entiendo cual es la razón por la cual quiere bailar conmigo, tampoco creo que quiera decirme algo dado que si así fuera simplemente me llamaría a un lugar más apartado y soltara lo que sea que tuviera que decirme.
Durante mucho tiempo Nard me ha parecido una persona atractiva, sin embargo no he probado ese atractivo de ninguna manera, por el simple hecho que su personalidad opaca todo eso. No juzgare su egocentrismo porque soy igual o incluso más egocéntrica que el pero debo decir que a ambos nos resta mucho.
Sin embargo amo ser así, eso es lo que nos hace ser nosotros mismos, mostrarnos tal como somos.
Por lo cual en este momento me quedo en blanco, podría soltarme pero llamaría la atención demasiado y no quiero escándalos, al contrario, quiero que la fiesta siga su curso sin ningún inconveniente tal y como estaba antes de que Nard llegara, porque claro, el hombre no puede quedarse quieto sin joderme la existencia, tiene que hacer algo que me moleste porque si no no es el.
Pero como yo soy más inteligente debo hacer algo que no se espere, ya hice lo predecible, ahora viene lo bueno.
Dejo de forcejear haciendo que el curve una sonrisa de victoria, comienzo a moverme sensualmente al ritmo de la música mientras pongo mis manos sobre sus hombros, observo como su sonrisa decae al pasar los minutos y me pego a el como quien no quiere la cosa.
Porque si el hombre tiene alguna debilidad es la mujer y para su mala suerte yo soy una, y no cualquiera, sino una que podría enamorar a cualquier hombre si se lo propone.
Bien dicen que una mujer inteligente es peligrosa, porque en este mundo lo es el doble, aún más cuando no sabes cual es la verdad y cual es la mentira dado que ambas se confunden, así como lo bueno y lo malo, haciendo el ying y yang.
Aunque no todas las personas logran el equilibrio entre los dos, la mayoría simplemente se va por un lado o otro, sin estar en el medio.
En mi caso estoy en el lado malo, pero a veces me dan ganas de hacer actos de caridad y fingir que no lo soy.
Salgo de mis pensamientos al sentir algo molestar en mi parte delantera, levanto la mirada para ver a los ojos a Leonard quien se mantiene serio sabiendo se su penosa erección, continúo moviendome con sensualidad intentando provocarlo más, sus pupilas se dilatan y el detiene sus movimientos apretando la mandíbula.
—Deja de jugar Victoire.
Su voz ronca me saca de onda pero solo por unos segundos hasta que logro sacar a relucir una sonrisa orgullosa, dado que provocar al famoso Leonard vial no es nada fácil.
—Tu has empezado, yo no pedí bailar contigo—me encojo de hombros sin apartarme de él.
Desvio mi mirada detrás y veo que Logan viene a mi rescate, me alejo abruptamente de Nard tomando la mano que me ofrece logan y me doy cuenta que el susodicho se va enseguida hacia las escaleras de la casa.
Mi mejor amigo me da una mirada extrañada que reconozco muy bien pero no me importa en absoluto, el único afectado en esto fue aquel idiota, por buscar jugar conmigo, el que terminó jodido fue el.
—¿Que rayos fue eso?—interroga empezando a bailar conmigo.
—Charles lo dejo bailando conmigo, no quería armar un show así que lo provoque.
Explico moviendome de manera natural por la pista.
—¿Ves por qué no me cae bien?—rueda los ojos y yo río.
—Si, porque te dan celos de mejor amigo—afirmo orgullosa.
Observo como niega con la cabeza y me detengo para ir a la barra, hace mucho calor.
Pido una bebida y me voy directo al sonido, el DJ me da un micrófono tal como se lo pido, anuncio rápidamente que la fiesta seguirá fuera de la casa, en la playa y todos gritan eufóricos saliendo de la casa.
Salgo después de que ya la casa esta desocupada y me refresco con la brisa fría que mueve mi cabello al salir.
Miro a mi alrededor sabiendo que la mayoría de personas ya están borrachas y me dirijo otra vez al agua, tengo mucho calor como para seguir en este mar de gente, así estemos al aire libre no lo soporto.
Me metñ al agua al estar ya en la orilla y minutos después veo que alguien viene detrás de mi.
Por favor que no sea Nard... por favor que no sea Nard.
Repito en mi mente, dado que a causa de lo que le hice puede venir a buscar venganza y las suyas son las únicas que me intimidan.
Sin embargo al ver quién es me relajo dándole un buen golpe en el brazo.
—¿Y eso por qué?
—¡Por imbecil! ¿Como me vas a dejar en las garras de Nard?—suelto en dirección a Charles quien ríe.
—Quisiera que ambos vieran que no son tan malos como creen, es inútil llevarse mal, más ahora que se necesitan—explica y yo me giro enojada.
—Es inútil y lo sabes, no se porque te empeñas en hacer eso—digo sumergiendome en el agua.
Segundos después siento unas manos en mi cintura haciendo que vuelva a la superficie.
Le doy un golpe al castaño y este me acerca a él dándome un beso intenso.
—Eres demasiado terca.—frunzo el ceño sin entender su comportamiento y vuelvo a unir mis labios con los suyos.
Charles es una de la únicas personas a las cuales dejo que me toquen o me hablen con tal confianza, desde hace tiempo que nos conocemos y podemos permitirnos estas libertades, sin embargo detesto que saque el tema de Nard, sus esfuerzos son totalmente inútiles.
Porque yo nunca me llevaré bien con ese idiota.